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Contexto actual y la importancia de los procesos de evaluación universitaria

  Contexto actual y la importancia de los procesos de evaluación universitaria

Por Ludmila Momo

Un estudio realizado por la OCDE, revela las tendencias destacadas en la educación superior en base a una revisión de veinte países de Iberoamérica, y considera entre las principales a la diversificación de la oferta institucional, la diversificación de la demanda con una población crecientemente heterogénea de estudiantes, y la mayor movilidad de académicos, estudiantes y profesionales en la región.

En este mismo sentido, más recientemente, un informe de la CONEAU, refleja una preocupación mundial por la calidad en la educación que se suma a los cambios producidos en los sistemas nacionales de educación superior, especialmente en América Latina. Se ha visto una expansión de la matrícula, principalmente hacia sectores de menores ingresos y hacia los adultos, y cubriendo diferentes intereses y necesidades. Esto fue acompañado por un fenómeno de diversificación y privatización; nuevos tipos de instituciones de educación superior, nuevos programas, nuevas modalidades de enseñanza, y, fundamentalmente, un crecimiento acelerado del sector privado en este ámbito. Estos fenómenos condujeron a una puesta en superficie de los conceptos de calidad y aseguramiento de la calidad que en la región no habían logrado instalarse en las discusiones como un eje estratégico a ser considerado.

En este contexto, la mayoría de los países ha instalado, o se encuentra instalando, mecanismos de aseguramiento que den garantía pública acerca de la calidad de las instituciones de educación superior y de las carreras y programas que ofrecen.

América Latina ha sido una región pionera en el campo del aseguramiento de la calidad, con gran diversidad de modelos de evaluación y acreditación aplicados en la mayoría de los países, y donde cada país ha ido construyendo su propio sistema de evaluación y acreditación acorde a su propia lógica: su historia, sus tradiciones, su sistema de educación superior y sus leyes vigentes.

En Argentina, la Ley de Educación Superior (LES) Nº 24.521 y el Decreto Reglamentario Nº 499/95pusieron en marcha en el año 1995 el proceso de aseguramiento de la calidad de las instituciones universitarias estatales y privadas a través de la creación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), organismo descentralizado que funciona en jurisdicción del Ministerio de Educación de la Nación. Por mandato legal, tiene las funciones de realizar la evaluación institucional, así como la acreditación de aquellas carreras de grado que son definidas como de interés público y de todas las carreras de posgrado.

Luego de más de veinte años de implementación tanto de las políticas de evaluación institucional como de acreditación, se ha afianzado una ¨cultura de la evaluación¨ por parte de las instituciones y una alta valoración de la misma.

Las políticas de evaluación: ¨Fueron apropiadas por las universidades porque resultaban convenientes para el logro de determinados objetivos. En algunos casos, la evaluación institucional permitió avanzar en procesos de cambio que la universidad no puede llevar adelante sola, por la creciente conflictividad interna que generan estos, sin el aval de una mirada externa (la CONEAU). En otros casos permitió orientar la gestión y dar una direccionalidad a políticas consensuadas. También, las prácticas de evaluación fueron utilizadas como herramientas para acompañar y dar impulso a los proyectos decididos por la propia universidad.¨ (…) En relación a ¨la práctica de la acreditación de las carreras de grado ha sido considerada por la comunidad académica como una experiencia positiva, en donde se han producido procesos de aprendizaje y de concientización sobre el estado de las carreras y las facultades, sobre las fortalezas y las debilidades de las mismas. Igualmente, al existir compromisos expresos que demandan un tiempo establecido con el organismo evaluador, se han efectuado resultados concretos vinculados con la rendición de cuentas de los avances en los procesos de mejoramiento asumidos por las carreras¨.

Ventajas de la implementación de los procesos de evaluación universitaria para la comunidad universitaria.

Más allá de las razones legales que conllevan a la obligatoriedad de cumplir con los procesos de evaluación institucional y de acreditación de carreras de grado y de posgrado, es fundamental sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia de los mismos. A continuación, se exponen argumentos en ese sentido.

- La acreditación de carreras de grado implica la obtención de un sello de calidad en vías de obtener un rédito que puede ser el prestigio, el acceso a fondos competitivos para el financiamiento de las mejoras y compromisos (es decir, asociado a los resultados de la acreditación), o la posibilidad de acceso a beneficios para los egresados de sus carreras. Sobre este último punto, cada Resolución Ministerial que establece los estándares, también determina los contenidos mínimos que deben cumplir los planes de estudio y un listado de actividades que quedarán reservadas exclusivamente a ellas para el ejercicio profesional.

- El valor agregado de prestigio que otorga una acreditación permite participar de procesos de internacionalización: ¨Varias de estas carreras están incorporadas a redes de carreras  similares en el mundo, todas las cuales cuentan con acreditaciones de calidad, que permiten elaborar acuerdos de movilidad estudiantil y académica, reconocimiento de estudios, etc. El sello de calidad que otorga la acreditación pone al conjunto de carreras de un campo disciplinar a la altura de circuitos de formación y redes de trabajo a nivel mundial¨.

- La acreditación tiene como propósito otorgar garantía pública de calidad a partir de estándares definidos por el Ministerio de Educación en acuerdo con el Consejo de Universidades. Esta labor conjunta, estimula y consolida la creación de asociaciones o redes nacionales de decanos o directores de carrera, convirtiéndolas en ámbitos de acción hacia otras actividades, facilitando el intercambio de experiencias y la movilidad nacional de estudiantes y profesores entre carreras.

- La acreditación permite acelerar los procesos de cambio en las carreras a partir de la necesidad de cumplir con el estándar, convirtiéndose en una herramienta para la planificación y la gestión en las instituciones. Existe un amplio reconocimiento de que las acreditaciones –sobre todo en la etapa de autoevaluación– favorecieron la instalación de una ¨cultura de la evaluación¨ que redunda en un análisis, revisión y crítica reflexiva sobre distintos aspectos de la gestión y la práctica institucional y docente.

Como corolario de lo mencionado, ¨la acreditación de las carreras de grado estaría derivando en una diferenciación tan importante dentro de cada institución y entre las distintas unidades académicas que la componen que habría producido el efecto de que la mayoría de las carreras quieran ser incorporadas en el artículo 43 de la Ley de Educación Superior y transitar los procesos de acreditación en busca de calidad, reconocimiento, prestigio y recursos”.¨

- En el caso de acreditación de carreras de posgrado, cabe mencionar los incentivos que operan en torno a presentarse a la convocatoria de acreditación: posibilidad de obtener financiamiento, y el prestigio en un mercado cuya oferta es cada vez más competitiva. Asimismo, la acreditación, es condición para la asignación de becas por parte de organismos oficiales tales como CONICET, FONCyT, la SPU, etc.

Tanto para las carreras de grado como de posgrado, la acreditación constituye una condición necesaria para el reconocimiento oficial de los títulos y su consecuente validez nacional por parte del Ministerio de Educación.