Se la admira como tecnología, se la analiza como lugar de interacción social, se la utiliza para cambiar modos de consumo y de trabajo, pero con menos frecuencia Internet es objeto de estudio como un espacio de tensiones entre circulación de contenidos, control y libertad de expresión. Esa mirada sobre la Red tiene Eduardo Bertoni, director del Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información (CELE), en la Universidad de Palermo, creado en 2009, dentro del cual funciona la Iniciativa por la Libertad de Expresión en Internet (ILEI). "Estudiamos problemas de regulación en Internet, especialmente en América latina, que puedan afectar el ejercicio de la libertad de expresión", describe Bertoni, ex relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En una de sus investigaciones actuales, con dos colaboradores explora el ciberespacio para relevar proyectos de ley, regulaciones o sentencias judiciales problemáticas para la libertad de expresión y producen guías con recomendaciones o proyectos de regulaciones alternativas. En el relevamiento encontraron, por ejemplo, normas que habilitan bloqueos o filtrados de contenidos, órdenes judiciales que "cierran" sitios completos por denuncias puntuales, o que responsabilizan a buscadores o proveedores de servicios por el contenido de páginas web. La Argentina tiene algún ejemplo, como un proyecto de ley que pretendía incorporar al Inadi la imprecisa función de "detectar contenidos en Internet que puedan ser discriminatorios". "En América latina no hay regulaciones precisas sobre Internet y eso hace que se apliquen normas no pensadas para la Web que afectan el ejercicio de derechos fundamentales", alerta Bertoni, que es optimista: "Hay grandes oportunidades para pensar una regulación acorde al respeto por los derechos humanos".
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