Mario Markic: “Para ser periodista hay que tener varias condiciones: curiosidad, esfuerzo personal y pasión”
El experimentado periodista Mario Markic, conductor de En el camino, compartió una clase con los alumnos de la materia Televisión, cátedra a cargo del profesor César Rodríguez. Aquí, algunos de los principales conceptos de la distendida charla.
- Cuando me preguntaron por qué quería ser periodista, dije la verdad. No quería vivir aventuras ni conocer gente famosa. Yo, simplemente, quería vivir de esta profesión. Las noticias me interesaban desde que tenía seis o siete años, cuando escuchaba mucho la radio. Ese es un medio que me llenaba la cabeza de fantasías, porque tenía que imaginarme casi todo lo que pasaba. La televisión, en cambio, es un bombardeo constante de imágenes. Y si no hay imágenes, no me lo creo.
- Para ser periodista hay que tener varias condiciones o requisitos: curiosidad, esfuerzo personal y pasión. Tengo mucha curiosidad. El esfuerzo personal es fundamental porque, a veces, hay que salir al aire, aunque estés enfermo o tengas que dejar de lado compromisos personales. Siempre estuve disponible y sacrifiqué muchas cuestiones personales. Porque soy un apasionado del periodismo.
- Con el tiempo, supe convertirme en alguien necesario para jefes ocasionales. Sé para qué cosas sirvo, aunque puedo hacer casi cualquier cosa. Siempre fui como un médico clínico. Creo que el periodista tiene un océano de conocimientos, pero con cinco centímetros de profundidad. Fui a ver ministros de Economía sin saber nada de economía. Ponía cara como que sabía. Hay que ser un poco “bicho”.
- Existe una mecánica para trabajar con un entrevistado. Primero, está la preparación de la escena, tanto en piso como al aire libre. Si los técnicos tardan porque tienen que hacer esto o aquello, distraigo al entrevistado, para que se olvide que está perdiendo el tiempo. Entonces, si es un tipo futbolero, le empiezo a hablar de fútbol y si le gusta el cine, voy para ese lado. Es una manera sencilla de apelar a la psicología. Lo aprendí por experiencia, como aprendí a “romper el hielo” y logro que la persona empiece a manifestarse con total libertad.
- Hago muchos viajes por el interior y trato con personas de diferente nivel cultural. En general, con gente muy simple, humilde y retraída. Entonces, cuando aparecen las cámaras es muy probable que se pongan monosilábicas. Es decir, que solo contesten que no o que sí. Hay que buscar cuestiones que sean de interés para esa gente.
- En suma, hay que trabajar y mucho. Hay que saber manejar los tiempos y no atropellar. Sobre todo, cuando tenés enfrente a alguien que está “virgen de entrevistas”, porque jamás vio una cámara. Acá en la ciudad no tenemos paciencia, pero en el interior es distinto. Incluso, en algunos lugares del Noroeste, piensan que si le sacás una foto le robás el alma.
- El conductor de un programa es la persona al mando, por su personalidad y presencia. Entonces, también carga con los momentos difíciles, cuando la entrevista está a punto de naufragar. Debe estar preparado para distraer del tema que resulta irritante, porque seguramente hay otros temas. Si el entrevistado se enoja, hay que preservarlo para que no se vaya. Esto es algo que ha ocurrido, es de gran impacto, pero te quedaste sin programa.
Minibio
Mario nació en Río Gallegos en 1953. Estudió periodismo en el Instituto Grafotécnico y locución en el ISER. Escribió para las revistas Gente, Siete Días, La Semana y Noticias. Periodista de Telenoche (Canal 13), durante dos décadas condujo En el Camino (TN). Premiado con 10 Martín Fierro y el Premio Konex.