Luciana Miranda Sequeira: “Escribir sobre música consiste en desarmar una obra y contextualizarla”
¿Por qué elegiste al periodismo como profesión?
Toda mi vida fui fanática de las revistas. De chica mi mamá me compraba Anteojito, Billiken y, después, Genios. En lo de mis tíos siempre estaban a mano Noticias, Gente y Caras. Mi familia tenía muy arraigado ese hábito de tomar café y de leer el diario en el bar. En la adolescencia confirmé que había algo en la lectura que me atraía. Al final, elegí periodismo porque era una carrera de muy poco desarrollo en Tucumán. Entonces se convirtió en la excusa perfecta para experimentar la posibilidad de vivir en una ciudad más grande. En resumen, elegí el periodismo por el amor a la lectura y por las ganas de vivir cosas nuevas.
Tienes una amplia experiencia en periodismo musical. ¿Qué cualidades debe tener un buen periodista musical?
Escribir sobre música tiene que ver con poder desarmar una obra, contextualizarla, jugar con las relaciones y resignificarla. Me parece que un poco de esto se hace en cualquier especialización del periodismo. Por eso, para lograr todo eso hay que leer mucho. En lo personal, la prensa gráfica y la literatura fueron grandes guías. También lo lúdico, porque me encanta obsesionarme con un tema y jugar a ser un detective, a ahondar en una temática, aunque pase mil horas en ella.
¿Cuál es tu método?
Siempre fui de hacer mapas de las influencias de mis artistas preferidos. Gracias a Patricio Rey y los redondos de ricota conocí la revista Cerdos y Peces, una especie de Biblia para mí. De esta manera, leí a autores como William Burroughs, Jack Kerouac, Truman Capote o Gay Talese. Un periodista musical tiene que ser muy curioso, leer y escribir mucho. No hay otra fórmula. Hay que hacer y no juzgarse.
¿Cómo es eso de evitar juzgarse?
Una de las primeras entrevistas que hice fue a Oscar Jalil, un periodista musical que admiro muchísimo, por su libro de Luca Prodan. Fue uno de mis peores trabajos. Estaba muy avergonzada, pero Oscar, en lugar de juzgarme, me dio un feedback en el que me decía que no le debía tener miedo a la relectura y a editar. Le hice caso y seguí afinando el lápiz virtual.
En este momento, eres coeditora de una revista digital. ¿Cómo surgió la idea?
En 2019, junto con Tamara Blanco, mi socia también egresada de UP, pero de Diseño, decidimos abrir un medio online que reúna las herramientas del periodismo, que tenga un buen diseño y que utilice herramientas del marketing digital. También pesa el hecho de que sea dirigido por dos mujeres, algo que, con muy pocas excepciones, seguimos sin ver en el país y en América Latina.
¿Cómo ha sido esa experiencia?
La verdad es que esta experiencia me ayudó mucho a pulirme como profesional. Armé equipos, aprendí a pedir ayuda cuando me trababa con un texto, aprendí a cómo abordar a un entrevistado, desde una banda local hasta alguien internacional, como Kevin Parker, de Tame Impala. El periodismo es un oficio que aprendés a medida que lo hacés. Aunque, por supuesto, la UP me dio una base de conocimientos súper amplios y necesarios. A la vez, sabía que cada nota debía más de tres fuentes y lo necesaria que es la pirámide invertida (aunque ahora la bastardeen los fans del SEO y del clickbait). Pero lo más importante que me llevé es la obsesión que tenían todos los “profes” con la relectura. Ahí está una de las claves más importante para hacer bien el trabajo.
¿Cómo ves el futuro del periodismo, en esta convergencia de medios que aún produce incertidumbre?
Para mí, este estado de crisis y de precarización laboral nos tiene que hacer repensar la profesión y hacia dónde queremos ir. Me siento un poco ingenua, pero es un momento de oportunidad para replantear el periodismo desde un lugar moderno y vanguardista, sin olvidarnos de los fundamentos básicos. Ya no es como antes donde tenías que esperar a hacerte un lugar en una redacción, donde tu editor también era tu formador. Ahora, con la democratización de las redes sociales, podés ser tu propio medio, ofrecer tus propias noticias y mantener una relación con un público que quiere leerte a vos. La responsabilidad es la misma, solo que ahora depende de cómo puedas administrar tus conocimientos y hacerlos explotar.
Minibio
Luciana nació en Tucumán y entre 2006 y 2012 estudió periodismo en la UP. El año pasado inició un posgrado en Management y Marketing de la Industria Musical en IED Madrid. Dirige la revista digital Chelsea Hotel Mag desde 2019 y también colabora en Rolling Stone en español y es Paid Media Analist en Somos Chili.
Toda mi vida fui fanática de las revistas. De chica mi mamá me compraba Anteojito, Billiken y, después, Genios. En lo de mis tíos siempre estaban a mano Noticias, Gente y Caras. Mi familia tenía muy arraigado ese hábito de tomar café y de leer el diario en el bar. En la adolescencia confirmé que había algo en la lectura que me atraía. Al final, elegí periodismo porque era una carrera de muy poco desarrollo en Tucumán. Entonces se convirtió en la excusa perfecta para experimentar la posibilidad de vivir en una ciudad más grande. En resumen, elegí el periodismo por el amor a la lectura y por las ganas de vivir cosas nuevas.
Tienes una amplia experiencia en periodismo musical. ¿Qué cualidades debe tener un buen periodista musical?
Escribir sobre música tiene que ver con poder desarmar una obra, contextualizarla, jugar con las relaciones y resignificarla. Me parece que un poco de esto se hace en cualquier especialización del periodismo. Por eso, para lograr todo eso hay que leer mucho. En lo personal, la prensa gráfica y la literatura fueron grandes guías. También lo lúdico, porque me encanta obsesionarme con un tema y jugar a ser un detective, a ahondar en una temática, aunque pase mil horas en ella.
¿Cuál es tu método?
Siempre fui de hacer mapas de las influencias de mis artistas preferidos. Gracias a Patricio Rey y los redondos de ricota conocí la revista Cerdos y Peces, una especie de Biblia para mí. De esta manera, leí a autores como William Burroughs, Jack Kerouac, Truman Capote o Gay Talese. Un periodista musical tiene que ser muy curioso, leer y escribir mucho. No hay otra fórmula. Hay que hacer y no juzgarse.
¿Cómo es eso de evitar juzgarse?
Una de las primeras entrevistas que hice fue a Oscar Jalil, un periodista musical que admiro muchísimo, por su libro de Luca Prodan. Fue uno de mis peores trabajos. Estaba muy avergonzada, pero Oscar, en lugar de juzgarme, me dio un feedback en el que me decía que no le debía tener miedo a la relectura y a editar. Le hice caso y seguí afinando el lápiz virtual.
En este momento, eres coeditora de una revista digital. ¿Cómo surgió la idea?
En 2019, junto con Tamara Blanco, mi socia también egresada de UP, pero de Diseño, decidimos abrir un medio online que reúna las herramientas del periodismo, que tenga un buen diseño y que utilice herramientas del marketing digital. También pesa el hecho de que sea dirigido por dos mujeres, algo que, con muy pocas excepciones, seguimos sin ver en el país y en América Latina.
¿Cómo ha sido esa experiencia?
La verdad es que esta experiencia me ayudó mucho a pulirme como profesional. Armé equipos, aprendí a pedir ayuda cuando me trababa con un texto, aprendí a cómo abordar a un entrevistado, desde una banda local hasta alguien internacional, como Kevin Parker, de Tame Impala. El periodismo es un oficio que aprendés a medida que lo hacés. Aunque, por supuesto, la UP me dio una base de conocimientos súper amplios y necesarios. A la vez, sabía que cada nota debía más de tres fuentes y lo necesaria que es la pirámide invertida (aunque ahora la bastardeen los fans del SEO y del clickbait). Pero lo más importante que me llevé es la obsesión que tenían todos los “profes” con la relectura. Ahí está una de las claves más importante para hacer bien el trabajo.
¿Cómo ves el futuro del periodismo, en esta convergencia de medios que aún produce incertidumbre?
Para mí, este estado de crisis y de precarización laboral nos tiene que hacer repensar la profesión y hacia dónde queremos ir. Me siento un poco ingenua, pero es un momento de oportunidad para replantear el periodismo desde un lugar moderno y vanguardista, sin olvidarnos de los fundamentos básicos. Ya no es como antes donde tenías que esperar a hacerte un lugar en una redacción, donde tu editor también era tu formador. Ahora, con la democratización de las redes sociales, podés ser tu propio medio, ofrecer tus propias noticias y mantener una relación con un público que quiere leerte a vos. La responsabilidad es la misma, solo que ahora depende de cómo puedas administrar tus conocimientos y hacerlos explotar.
Minibio
Luciana nació en Tucumán y entre 2006 y 2012 estudió periodismo en la UP. El año pasado inició un posgrado en Management y Marketing de la Industria Musical en IED Madrid. Dirige la revista digital Chelsea Hotel Mag desde 2019 y también colabora en Rolling Stone en español y es Paid Media Analist en Somos Chili.