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Propuestas culturales en la UP

  Propuestas culturales en la UP

Es la segunda semana de octubre de 2023 y en la Argentina preelectoral, país en que me encuentro escribiendo este artículo, se vive una crisis económica y financiera de dimensiones apabullantes: la pobreza alcanza al 40,1 % de la población; el dólar paralelo cruzó la barrera de los $ 1000 por cada unidad de la divisa extranjera; a su vez, la brecha de este último respecto del dólar oficial es del 174%; la inflación (empujada por una emisión monetaria sin respaldo) supera los dos dígitos mensuales, con una proyección anual superior al 180% en el mejor de los escenarios; la tasa de interés para los depósitos en pesos es del 118% anual, la que arbitrada contra la inflación resulta insuficiente provocando tasas reales negativas y aunque se prevé una suba inminente por parte del BCRA, la tasa real continuará siendo negativa en medio de esta escalada. Y la lista podría continuar…
Estos temas, entre otros, compondrían un excelente material para desarrollar aquí un análisis financiero de coyuntura o funcionan como disparadores de debate en alguna de mis clases del área de finanzas.
Pero no. Hoy no voy a hablar de economía, ni de finanzas, ni de pobreza.
Voy a hablar de Clubes; voy a hablar de libros. Clubes y libros en la Universidad.

Los Clubes en la Universidad de Palermo

La etimología de la palabra universidad proviene de la lengua latina universitas – el conjunto de todas las cosas – legado que nos llega de la cultura clásica romana. La Universidad es, según este concepto, el ámbito donde se imparten conocimientos y saberes universales. En la actualidad las universidades son casas de estudios superiores, constituidas u organizadas en facultades que conceden grados académicos en distintas especialidades, otorgando en algunos casos títulos generales y en otros, grados más puntuales y específicos.
En otro orden, la palabra “club” es una voz inglesa cuyo significado describe una “sociedad fundada por un grupo de personas con intereses comunes y dedicada a actividades de distinta especie, principalmente recreativas, deportivas o culturales”. Vamos a los clubes que ofrecen actividades que nos convocan, donde nos sentimos a gusto y nos generan un sentido de pertenencia, donde en pos de obtener satisfacción ejercitamos nuestras aficiones en los tiempos libres.

Primera pregunta: ¿y si se combinan ambos conceptos? En las universidades la creación de clubes trasciende al campo de los saberes y conocimientos académicos y se basa en el intercambio humano y personal de sus integrantes en espacios comunes. Claro está que están agrupados por intereses y gustos extracurriculares compartidos.

Durante el segundo semestre 2023, desde el área de Actividades Sociales y Deportes de la UP, se lanzaron los CLUBES PALERMO: Club de Cine, Club de Lectura y World Café, tres ambientes distintos ideados para, como sus nombres indican o sugieren,  disfrutar de manera grupal y distendida del cine,  de los libros y de los debates. Allí los participantes comienzan a habitar un terreno común cuya excusa convocante hará también expandir vínculos personales con estudiantes de otras carreras y otras facultades que, de no existir este lugar de confluencia, probablemente no se hubiesen conocido.

El Club de Lectura, en particular

Como moderadora del Club de Lectura quisiera describir brevemente el proceso de gestación y exponer algunas de las impresiones que me ha dejado el primer mes de encuentros literarios.

Durante los primeros días del mes de junio de 2023 recibí un mail dirigido a docentes de la UP donde se esbozaba la idea de Clubes que abordarían diversas temáticas culturales. Se informaba allí que el objetivo de estos futuros espacios era generar comunidad con nuevas actividades sociales y que se convocaba a profesores que quisieran participar en el rol de “moderador/a” de cada club con el fin de ordenar el debate que allí se diera y promover la participación de todos. No se requería ser un experto en el área, simplemente contar con interés para querer compartir el lugar y el tema. No lo dudé: yo quería moderar el Club de Lectura. Luego siguieron varias reuniones con Ignacio Pedretti -referente del sector- y con sus colaboradores en las que nos abocamos con mucho entusiasmo al diseño y a la organización del Club que me tocaría moderar.

Segunda cuestión. ¿Por qué leer? Porque el ejercicio de la lectura estimula la imaginación infinita; ayuda a entender nuestro entorno; es inspirador; aporta un vocabulario más vasto y lo enriquece; nos lleva a zonas desconocidas ampliando nuestro universo. Lo mismo da si es ficción, ensayo, poesía, biografía, o historia: en cada caso existe algo inesperado, intrínseco a la obra, que al finalizar habrá provocado un cambio en nosotros (se perciba o no). Y lo fascinante es que esa experiencia es única para cada lector. Desde sus comienzos en rollos de papiro hasta sus versiones actuales en papel impreso, en formato digital, en audio-libro (personalmente prefiero la versión papel) el libro es simultáneamente soledad y compañía. La lectura como un acto íntimo que paradójicamente nos sumerge en un universo de personajes ficcionales o reales que nos acompañarán durante un tiempo, así como lo hace el propio objeto (el libro) transformándose en una suerte de talismán hasta tanto no alcancemos su última página. Incluso el autor estará allí acompañándonos, no importa si el texto ha sido recientemente escrito o si su creador pertenece al siglo de oro español y sus datos biográficos nos dicen que falleció.
O leer simplemente por puro placer, porque nos gusta, sin tanta reflexión.
De esta manera las motivaciones al ejercicio de la lectura serán variadas como múltiples serán los lectores.

Continuemos. Luego de difundir el lanzamiento de los tres clubes, llegaron al de lectura estudiantes de la UP de distintas facultades y carreras (Comercialización, Historia del Arte, Humanidades y Contador Público) pero todos con una motivación principal compartida: querer leer.

Para poder inaugurar esos encuentros semanales de los jueves previamente desde la organización habíamos decidido comenzar con  Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, novela distópica que describe una sociedad futurista de un estado totalitario donde precisamente los libros son quemados. Para las lecturas siguientes el proceso de selección sería otro: las obras se elegirían de manera democrática brindando cada asistente 3 sugerencias que conformarían una lista de opciones; posteriormente se pasaría a la votación de esas opciones mediante una encuesta, quedando establecido un orden de prelación. Se subieron al podio Frankenstein o el moderno Prometeo (Mary Shelley) novela precursora de la ciencia ficción e inscripta dentro de la corriente del romanticismo, La hermana menor (Mariana Enríquez) un escrito actual que retrata con herramientas periodísticas la figura de la escritora argentina Silvina Ocampo, y una selección de cuentos encabezada por “El barril de amontillado” (Edgar Allan Poe) como parte del romanticismo oscuro, del terror y del gótico.

La dinámica del Club se basa en una lectura íntima, individual, que cada asistente realiza por su cuenta para luego en las citas semanales compartir entre todos lo que el texto provocó a cada uno.
En esta etapa inicial que nos encontramos transitando ya concluimos Farhrenheit 451 y estamos a punto de culminar Frankenstein. En cada reunión los intercambios fueron enriquecedores donde se aportaron impresiones, datos sobre los autores, contextos históricos, corrientes culturales, asociaciones libres sobre lo leído, mención de películas basadas en las obras o en sus escritores, recomendaciones relacionadas, etc. También comienzan a surgir propuestas de visitas a exposiciones y asistencia a espectáculos vinculados con los libros elegidos o con sus autores. Asimismo está en carpeta la idea de convocar a invitados especiales vinculados con las temáticas y las obras a abordar. El objetivo original del Club de Lectura se está cumpliendo mientras compartimos un ambiente donde se amalgaman distraídamente el disfrute y un saber universal, porque la Literatura, además de un placer, es conocimiento.

En las próximas paradas nos aguardan los ya seleccionados: La hermana menor y El barril de amontillado entre otros cuentos. En lista de espera quedan El retrato de Dorian Grey (Oscar Wilde), El dador (Lois Lowry), La invención de Morel (Adolfo Bioy Casares), haciendo tiempo para salir a la cancha y jugar algún partido literario con nosotros en nuestro club.

Tenemos un largo camino de libros por descubrir. Fundamentalmente porque nos gusta.

Apostilla: el proceso de redacción de un artículo o reseña no es inmediato, por lo menos en mi caso. Han pasado algunos días desde que escribí el primer párrafo y para ser precisa no puedo dejar de mencionar que el dólar sube y baja (más sube que baja si lo miramos en perspectiva) y que efectivamente la tasa de interés ha sido incrementada al 133% anual. En definitiva, en términos económicos, nada ha cambiado.
Pero por suerte tenemos libros y el oasis de sus encuentros los días jueves.