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Lo primero que hay que saber es que no todas las posturas invertidas de yoga son difíciles de realizar. Hay mucha variedad y algunas son muy sencillas, y otras más complicadas que requieren de entrenamiento y constancia.

Las invertidas son asanas en las que la cabeza puesta hacia abajo y, arriba, el resto del cuerpo, dejando el peso sobre la cabeza, cuello u hombros.Todo el mundo puede realizar posturas invertidas a excepción de aquellas personas que padecen algún problema severo en la zona de las cervicales, y en los oídos. Además también están contraindicadas en personas con lesiones de corazón, trastornos de glándula tiroidea, así como tampoco son aconsejables durante el embarazo y la menstruación, o con catarros o cefaleas.

Las invertidas más populares:

- Sobre la cabeza (Sirshasana) es la reina de las asanas. Es una postura de yoga complicada para quienes se inician, pero los expertos aseguran que los beneficios son múltiples. La inversión de todo el cuerpo -con la cabeza apoyada en el suelo- hace que la sangre vuelva al corazón, lo que reduce las várices, procura estimulación sanguínea cerebral, craneal y abdominal y descanso y equilibrio psíquico.

- La vela (Sarvangasana) es una de las asanas más completas y beneficiosas. Además de la alimentación sanguínea cerebral, debido a la presión que se ejerce sobre la zona de la garganta, se produce una fuerte estimulación de la glándula tiroides y de los órganos del cuello y tórax. Se produce también un gran estiramiento de la zona cervical, produciendo alivio descontracturante.

- El arado (Halasana) es ideal para corregir los problemas que provoca estar demasiadas horas sentados ante el ordenador. Estira toda la columna, sobre todo, la zona cervical donde se mejora el riego sanguíneo. Se estiran las vértebras lumbares. Desentumece las caderas y los músculos de las piernas. También es buena para la mente y el sistema nervioso.

Publicada: Jueves 13 de agosto de 2020