Uno de los motivos que año tras año atrae a miles de personas hacia la práctica del yoga son los numerosos beneficios físicos que proporciona esta disciplina milenaria. Muchos de estos beneficios que el yoga nos regala están avalados por estudios científicos y, en consecuencia, médicos y terapeutas de diversas disciplinas recomiendan una práctica habitual y progresiva, adaptada a cada persona y a cada momento de su vida.
A continuación resumimos algunos de los más importantes:
Fortalece músculos y huesos:
El yoga ayuda a fortalecer los músculos pero evita que se acumule ácido láctico en el cuerpo y no reduce la flexibilidad. En cuanto a los huesos, está demostrado que el yoga ayuda a reforzarlos y a frenar la pérdida de masa ósea.
Aumenta la flexibilidad:
Más allá de avanzar en las posturas, la flexibilidad nos ayuda enormemente a evitar lesiones. Al empezar en el yoga, la falta de flexibilidad es uno de los aspectos que más dolores de cabeza provoca en el practicante, especialmente entre los hombres.
Alivia el dolor:
Con una práctica bien adaptada, el yoga es muy efectivo al aliviar la mayoría de los dolores crónicos como el dolor de cuello, la artritis reumatoide, dolor de rodillas, lumbalgia, dolor de espalda crónico, ciática o fibromialgia, entre otros.
Quema calorías:
Probablemente este sea uno de los beneficios del yoga que más atrae al público general. Pero más allá de la estética, lo que más nos interesa es que en un estilo de vida saludable es importante mantener un cuerpo libre de sobrepeso.
Mejora la respiración:
Uno de los puntos fundamentales del yoga es que nos enseña a respirar, más que correctamente, conscientemente. Sin contar con las diversas técnicas que presenta el pranayama, solo la práctica de asanas ya implica un control permanente de la respiración y, en consecuencia, una mejora sustancial en la oxigenación de todo el organismo.
Refuerza el sistema inmunológico y equilibra el sistema nervioso:
El yoga ayuda a reducir el nivel de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, que como sabemos está íntimamente ligado a problemas de salud de todo tipo. Al incidir directamente en esta hormona, la práctica del yoga aumenta nuestra resistencia a enfermedades e infecciones.
Uno de los secretos del yoga documentado en numerosos estudios es que, al combinar posturas dinámicas con la relajación, resulta mucho más eficaz como herramienta para combatir el estrés que cualquier ejercicio de relajación que no vaya acompañado de ninguna otra práctica dinámica. De esta forma, además, se consigue mantener un equilibrio en el sistema nervioso.
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Publicada: Martes 14 de julio de 2020