Agustina Del Campo, directora del CELE UP, participó de la IX Cumbre de las Américas
Formó parte del panel Transformación digital: derechos humanos e internet, organizado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).El Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Universidad de Palermo (CELE UP) participó de la IX Cumbre de las Américas, que se realizó el 7 de junio en Los Ángeles, Estados Unidos. Agustina del Campo, directora del centro y vicepresidenta de Global Network Initiative (GNI), formó parte del debate Transformación digital: derechos humanos e internet. El panel organizado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expuso los desafíos que enfrentan los países que conforman región de las Américas.
Junto la directora del CELE UP, disertaron los expertos Carlton Samuels, Vicepresidente del Comité Asesor At-Large (ALAC) de ICANN, Miembro de la fundación y secretario inaugural de la Organización Regional Asesora At-Large de América Latina y el Caribe (LACRALO) de ICANN; Nick Clegg, Presidente de asuntos globales en Meta; y Tamara Taraciuk Broner, Directora en funciones para las Américas en Human Rights Watch. La mesa de contó con la moderación Pedro Vaca, Relator Especial; y con la participación especial de la Presidenta de la CIDH, Julissa Mantilla.
Entre los temas que se trataron, se destacaron cuatro ejes fundamentales:
1- Internet como una manifestación de problemas analógicos y entre ellos la presencia de discursos y deterioro de ese discurso es transcendental;
2- Accesibilidad y alfabetización digital de las poblaciones que se encuentran en lugares remotos y cómo desarrollar habilidades cívica para la convivencia digital;
3- Moderación de contenidos en internet, ¿qué desafíos presenta para los derechos humanos y la democracia?;
4- El uso herramientas para vigilancia digital incluyendo el reconocimiento facial que está siendo utilizado en contra de activistas,defensores de derechos humanos y movimientos sociales.
Ante la consulta ¿Cómo se ve afectada la calidad del debate público en Internet? Agustina Del Campo sostuvo: “Hay impactos positivos y negativos. Muchas veces los conversatorios se enfocan en las desventajas pero me parece fundamental destacar lo positivo: internet y todo lo que conllevó tuvo una gran incidencia en el debate público y en la democracia; tanto por la masividad, como por los bajos costos, la descentralización, entre otros factores. Internet provee micrófonos y acceso a la conversación pública a personas que antes estaban excluidas, por ende se generan nuevos planteos de poder, nuevas oportunidades, habilidades y un nuevo escenario que contribuyeal debate público y lo enriquece”.
Por otro lado, sobre el impacto negativo que puede tener Internet en las conversaciones hoy en día, la directora del CELE UP observó que “existe una creciente recentralización del debate público, sobre todo en América Latina, en tres o cuatro empresas que concentran el intercambio, lo que les brinda un poder exorbitante sobre la agenda, el tono y las temáticas que circulan en las plataformas o no. Muchas veces, la gestión de la conversación pública es intencional, está privatizada por las empresas y se vuelve poco trasparente, poco clara. Es un punto sobre el que hay que trabajar”.
“Creo que hay 4 factores nuevos que distinguen el impacto de Internet en el debate público, y son diferenciadores de los que se observaban previamente: la amplificación, la escala, la velocidad, y la viralidad/permanencia del discurso en las plataformas. La amplificación es uno de los trade off a los que nos referimos cuando hablamos de que la libertad de expresión es fundamental en las sociedades democráticas. Estuvimos dispuestos a hacer determinadas negociaciones en esa libertad de expresión, establecimos límites y marcos de proporcionalidad de necesidad, de legalidad; que hoy, a la luz de la velocidad, viralidad y permanencia, en muchos casos estamos viendo magnificados. Hay otras falencias preexistentes en el debate público, como la desinformación o malas intenciones que, si bien no son propias del medio, se incrementan, generan distorsiones y puede que tambiénotro tipo de impacto”, explicó Del Campo.
A lo largo del encuentro, la experta UP reflexionó sobre la necesidad de “flexibilizar y sincerar la conversación por parte de todos los actores”. En esa línea, propuso que “sería interesante propiciar espacios y foros multistakeholders donde se pueda compartir información, debatir y articular posiciones, tratando de lograr consensos”.
Junto la directora del CELE UP, disertaron los expertos Carlton Samuels, Vicepresidente del Comité Asesor At-Large (ALAC) de ICANN, Miembro de la fundación y secretario inaugural de la Organización Regional Asesora At-Large de América Latina y el Caribe (LACRALO) de ICANN; Nick Clegg, Presidente de asuntos globales en Meta; y Tamara Taraciuk Broner, Directora en funciones para las Américas en Human Rights Watch. La mesa de contó con la moderación Pedro Vaca, Relator Especial; y con la participación especial de la Presidenta de la CIDH, Julissa Mantilla.
Entre los temas que se trataron, se destacaron cuatro ejes fundamentales:
1- Internet como una manifestación de problemas analógicos y entre ellos la presencia de discursos y deterioro de ese discurso es transcendental;
2- Accesibilidad y alfabetización digital de las poblaciones que se encuentran en lugares remotos y cómo desarrollar habilidades cívica para la convivencia digital;
3- Moderación de contenidos en internet, ¿qué desafíos presenta para los derechos humanos y la democracia?;
4- El uso herramientas para vigilancia digital incluyendo el reconocimiento facial que está siendo utilizado en contra de activistas,defensores de derechos humanos y movimientos sociales.
Ante la consulta ¿Cómo se ve afectada la calidad del debate público en Internet? Agustina Del Campo sostuvo: “Hay impactos positivos y negativos. Muchas veces los conversatorios se enfocan en las desventajas pero me parece fundamental destacar lo positivo: internet y todo lo que conllevó tuvo una gran incidencia en el debate público y en la democracia; tanto por la masividad, como por los bajos costos, la descentralización, entre otros factores. Internet provee micrófonos y acceso a la conversación pública a personas que antes estaban excluidas, por ende se generan nuevos planteos de poder, nuevas oportunidades, habilidades y un nuevo escenario que contribuyeal debate público y lo enriquece”.
Por otro lado, sobre el impacto negativo que puede tener Internet en las conversaciones hoy en día, la directora del CELE UP observó que “existe una creciente recentralización del debate público, sobre todo en América Latina, en tres o cuatro empresas que concentran el intercambio, lo que les brinda un poder exorbitante sobre la agenda, el tono y las temáticas que circulan en las plataformas o no. Muchas veces, la gestión de la conversación pública es intencional, está privatizada por las empresas y se vuelve poco trasparente, poco clara. Es un punto sobre el que hay que trabajar”.
“Creo que hay 4 factores nuevos que distinguen el impacto de Internet en el debate público, y son diferenciadores de los que se observaban previamente: la amplificación, la escala, la velocidad, y la viralidad/permanencia del discurso en las plataformas. La amplificación es uno de los trade off a los que nos referimos cuando hablamos de que la libertad de expresión es fundamental en las sociedades democráticas. Estuvimos dispuestos a hacer determinadas negociaciones en esa libertad de expresión, establecimos límites y marcos de proporcionalidad de necesidad, de legalidad; que hoy, a la luz de la velocidad, viralidad y permanencia, en muchos casos estamos viendo magnificados. Hay otras falencias preexistentes en el debate público, como la desinformación o malas intenciones que, si bien no son propias del medio, se incrementan, generan distorsiones y puede que tambiénotro tipo de impacto”, explicó Del Campo.
A lo largo del encuentro, la experta UP reflexionó sobre la necesidad de “flexibilizar y sincerar la conversación por parte de todos los actores”. En esa línea, propuso que “sería interesante propiciar espacios y foros multistakeholders donde se pueda compartir información, debatir y articular posiciones, tratando de lograr consensos”.