CEJUC debatió sobre lenguaje claro y Justicia
Participaron los jueces Rodrigo Bionda; Diego Paz Saravia; Andrea Di Prinzio; Silvina Arancibia; y el conjuez Mariano Longarini. El cierre estuvo a cargo de Claudia Caputi junto a María Soledad Casazza y Macarena Marra Giménez.
El Centro de Estudios para la Justicia Colaborativa (CEJUC) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Palermo llevó a cabo el conversatorio Lenguaje claro y Justicia: El poder de las palabras en las decisiones judiciales. El encuentro, que se desarrolló en forma presencial y virtual, contó con diferentes magistrados que contaron experiencias propias de la actividad en torno al tópico elegido.
La presentación de la jornada estuvo a cargo de Javier Santamaría y de Gabriela A. Nucciarone quienes agradecieron al decano de la Facultad de Derecho, el Dr. Fulvio Santarelli, y reiteraron los objetivos del CEJUC UP. Moderaron Agustina Medone, Jefa de Despacho (Secretaria Privada) en Poder Judicial de la Nación; y Emilia Villagran, Secretaria Privada interina en el Juzgado Comercial 5 Secretaria 9. Introduciendo la charla, Nucciarone resumió la intención al elegir la temática: “Quién usa lenguaje claro se centra en el propósito de comunicar, se interesa por facilitar la comprensión de lo que escribe y dice”.
En primer lugar, Rodrigo Bionda, Juez a cargo del Juzgado Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul, comenzó diciendo que “los y las funcionarios judiciales deben abandonar de a poco los mandatos legales pero cumplir con la Constitución Nacional”. En efecto, Bionda señaló la diferencia entre “notificar” e “informar”, dejando en claro que la obligación de brindar información al usuario -en el caso de un proceso judicial serían las y los justiciables- surge del art. 42 de la Carta Magna.
En definitiva, indicó que lo importante, aún en contraposición a lo que establecen los códigos procedimentales, es cumplir con el mandato constitucional de informar y, en consecuencia, hacer comprender las resoluciones judiciales no solamente en las sentencias, sino también desde el inicio del procedimiento. A modo ejemplificativo, compartió distintas experiencias llevadas a cabo en el Juzgado a su cargo, en las que priorizó el lenguaje claro a fin de poder brindarle un mejor servicio a las partes.
Acto seguido, Diego Paz Saravia, Juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 16, destacó que el lenguaje claro y sencillo deberá ir acompañado de una “comunicación efectiva y una escucha activa de la judicatura para cumplir con el principal objetivo que es resolver el problema de las y los justiciables”. Asimismo, indicó que este tipo de comunicación deberá ser llevada a cabo no sólo por la judicatura, sino también por quienes ejercen la abogacía e intentan explicarles a sus clientes el problema en cuestión.
Además, el Paz Saravia expuso que “lo que tiene que ver con lenguaje claro y sencillo permite abandonar la idea de que si alguien escribe complejo, eso lo hace más importante”. Finalizó compartiendo una situación en la que, ante la inminencia del decreto de quiebra de una empresa, él mismo -como Juez a cargo- dialogó con las y los trabajadores con el objetivo de explicarles las contingencias del proceso.
Más tarde, Andrea Di Prinzio, Jueza a cargo del Juzgado de Familia, niñez y adolescencia de San Martín de los Andes, destacó la trascendencia de que el CEJUC sea “federal”. Por otra parte, resaltó la importancia de entender, por parte de las Magistradas y los Magistrados, que las decisiones judiciales se toman para la gente. Destacó lo primordial que se torna el lenguaje claro -incluyendo las gesticulaciones- en cuestiones de familia y, sobre todo, en procesos donde intervienen niños, niñas y adolescentes. Finalizó su exposición explicando que en sus resoluciones, al final de la sentencia, suele dirigir un párrafo explicativo expresamente para las y los interesados, lo que no implica apartarse del plano estrictamente legal.
Posteriormente fue el turno de Mariano Longarini, Conjuez de los Juzgados Federales de Primera Instancia de la Cámara Federal de Apelaciones de la Provincia de Córdoba, quien se ocupó de ponderar el poder de la palabra y brindar precisiones acerca de sus experiencias como docente en el taller “Escribir como se habla. Sentencias comunicables para una Justicia Accesible”. Longarini expuso que en ciertas ocasiones pareciera que las sentencias se dirigen a un “destinatario sin rostro” por el lenguaje que se utiliza, distante de lo cotidiano. Por ello, él propuso correr ese velo y, sin perder las formalidades propias de la actividad judicial, dirigirnos a los y las justiciables como si estuviéramos “mirándolo a la cara”. Finalizó su exposición con la frase de Ernest Hemingway: “Escriba claro, no se haga el artista”.
A continuación fue el turno de Silvina Arancibia, Jueza a cargo del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Cutral Co, provincia de Neuquén. En su disertación se refirió a los problemas de comunicación entre el poder judicial con los y las justiciables y como solucionarlos. En tal sentido señaló: “En las notificaciones de traslado de demanda introdujimos, más allá de las formalidades exigidas por el código procedimiento, un texto con información clara para el ciudadano y la ciudadana”. Como resultado, las personas podían entender de qué se trataba la notificación y acceder al servicio de justicia.
Asimismo, Arancibia considera que la explicación clara también deberá estar dirigida a los abogados y las abogadas que ejercen la profesión. Concluyó de la siguiente manera: “hablar claro, con oraciones y párrafos cortos y sin copiar doctrina, no implica perder autoridad”.
Finalmente, Claudia Caputi, Camarista de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal y presidenta de la entidad “Red Mujeres para la Justicia”. En su destacada participación se refirió al lenguaje jurídico desde un enfoque de género. En tal sentido, ponderó el "Manual de Derecho Constitucional Español con perspectiva de género” de la Universidad de Salamanca e indicó que en el mismo se encuentran propuestas que impulsan una reforma constitucional con perspectiva de género.
Desde esta perspectiva, se refirió a cuatro sentencias de la Corte Interamericana de Derecho en las cuales se estableció que “el lenguaje tiene fuerza y construye justicia o injusticia”. Se condenó a los Estados por violar derechos humanos a causa de la violencia de género simbólica producida por la mala utilización del lenguaje. Así como también a un reciente fallo donde la Corte Suprema de Justicia de nuestro país dictó un documento llamado Principios generales de actuación en casos de violencia doméstica contra las mujeres, en el cual se refiere al uso del lenguaje género sensitivo. Para terminar, nombró una serie de tips que deben evitar los fallos para no caer en terminología que reproduce un lenguaje contrario a la perspectiva de género.
El cierre de la jornada estuvo en manos de María Soledad Casazza y Macarena Marra Giménez quienes volvieron a agradecer a los y las presentes, a la Universidad de Palermo por el espacio brindado, y se despidieron destacando la importancia de innovar en la comunicación en el ámbito del servicio de Justicia.
Este ha sido el primero de una serie de encuentros que sobre ésta y otras temáticas se llevarán a cabo en el ámbito del CEJUC, que tiene entre sus objetivos brindar un espacio para compartir experiencias e ideas superadoras para una mejor Justicia en todo el territorio de nuestro país.
La presentación de la jornada estuvo a cargo de Javier Santamaría y de Gabriela A. Nucciarone quienes agradecieron al decano de la Facultad de Derecho, el Dr. Fulvio Santarelli, y reiteraron los objetivos del CEJUC UP. Moderaron Agustina Medone, Jefa de Despacho (Secretaria Privada) en Poder Judicial de la Nación; y Emilia Villagran, Secretaria Privada interina en el Juzgado Comercial 5 Secretaria 9. Introduciendo la charla, Nucciarone resumió la intención al elegir la temática: “Quién usa lenguaje claro se centra en el propósito de comunicar, se interesa por facilitar la comprensión de lo que escribe y dice”.
En primer lugar, Rodrigo Bionda, Juez a cargo del Juzgado Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul, comenzó diciendo que “los y las funcionarios judiciales deben abandonar de a poco los mandatos legales pero cumplir con la Constitución Nacional”. En efecto, Bionda señaló la diferencia entre “notificar” e “informar”, dejando en claro que la obligación de brindar información al usuario -en el caso de un proceso judicial serían las y los justiciables- surge del art. 42 de la Carta Magna.
En definitiva, indicó que lo importante, aún en contraposición a lo que establecen los códigos procedimentales, es cumplir con el mandato constitucional de informar y, en consecuencia, hacer comprender las resoluciones judiciales no solamente en las sentencias, sino también desde el inicio del procedimiento. A modo ejemplificativo, compartió distintas experiencias llevadas a cabo en el Juzgado a su cargo, en las que priorizó el lenguaje claro a fin de poder brindarle un mejor servicio a las partes.
Acto seguido, Diego Paz Saravia, Juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 16, destacó que el lenguaje claro y sencillo deberá ir acompañado de una “comunicación efectiva y una escucha activa de la judicatura para cumplir con el principal objetivo que es resolver el problema de las y los justiciables”. Asimismo, indicó que este tipo de comunicación deberá ser llevada a cabo no sólo por la judicatura, sino también por quienes ejercen la abogacía e intentan explicarles a sus clientes el problema en cuestión.
Además, el Paz Saravia expuso que “lo que tiene que ver con lenguaje claro y sencillo permite abandonar la idea de que si alguien escribe complejo, eso lo hace más importante”. Finalizó compartiendo una situación en la que, ante la inminencia del decreto de quiebra de una empresa, él mismo -como Juez a cargo- dialogó con las y los trabajadores con el objetivo de explicarles las contingencias del proceso.
Más tarde, Andrea Di Prinzio, Jueza a cargo del Juzgado de Familia, niñez y adolescencia de San Martín de los Andes, destacó la trascendencia de que el CEJUC sea “federal”. Por otra parte, resaltó la importancia de entender, por parte de las Magistradas y los Magistrados, que las decisiones judiciales se toman para la gente. Destacó lo primordial que se torna el lenguaje claro -incluyendo las gesticulaciones- en cuestiones de familia y, sobre todo, en procesos donde intervienen niños, niñas y adolescentes. Finalizó su exposición explicando que en sus resoluciones, al final de la sentencia, suele dirigir un párrafo explicativo expresamente para las y los interesados, lo que no implica apartarse del plano estrictamente legal.
Posteriormente fue el turno de Mariano Longarini, Conjuez de los Juzgados Federales de Primera Instancia de la Cámara Federal de Apelaciones de la Provincia de Córdoba, quien se ocupó de ponderar el poder de la palabra y brindar precisiones acerca de sus experiencias como docente en el taller “Escribir como se habla. Sentencias comunicables para una Justicia Accesible”. Longarini expuso que en ciertas ocasiones pareciera que las sentencias se dirigen a un “destinatario sin rostro” por el lenguaje que se utiliza, distante de lo cotidiano. Por ello, él propuso correr ese velo y, sin perder las formalidades propias de la actividad judicial, dirigirnos a los y las justiciables como si estuviéramos “mirándolo a la cara”. Finalizó su exposición con la frase de Ernest Hemingway: “Escriba claro, no se haga el artista”.
A continuación fue el turno de Silvina Arancibia, Jueza a cargo del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Cutral Co, provincia de Neuquén. En su disertación se refirió a los problemas de comunicación entre el poder judicial con los y las justiciables y como solucionarlos. En tal sentido señaló: “En las notificaciones de traslado de demanda introdujimos, más allá de las formalidades exigidas por el código procedimiento, un texto con información clara para el ciudadano y la ciudadana”. Como resultado, las personas podían entender de qué se trataba la notificación y acceder al servicio de justicia.
Asimismo, Arancibia considera que la explicación clara también deberá estar dirigida a los abogados y las abogadas que ejercen la profesión. Concluyó de la siguiente manera: “hablar claro, con oraciones y párrafos cortos y sin copiar doctrina, no implica perder autoridad”.
Finalmente, Claudia Caputi, Camarista de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal y presidenta de la entidad “Red Mujeres para la Justicia”. En su destacada participación se refirió al lenguaje jurídico desde un enfoque de género. En tal sentido, ponderó el "Manual de Derecho Constitucional Español con perspectiva de género” de la Universidad de Salamanca e indicó que en el mismo se encuentran propuestas que impulsan una reforma constitucional con perspectiva de género.
Desde esta perspectiva, se refirió a cuatro sentencias de la Corte Interamericana de Derecho en las cuales se estableció que “el lenguaje tiene fuerza y construye justicia o injusticia”. Se condenó a los Estados por violar derechos humanos a causa de la violencia de género simbólica producida por la mala utilización del lenguaje. Así como también a un reciente fallo donde la Corte Suprema de Justicia de nuestro país dictó un documento llamado Principios generales de actuación en casos de violencia doméstica contra las mujeres, en el cual se refiere al uso del lenguaje género sensitivo. Para terminar, nombró una serie de tips que deben evitar los fallos para no caer en terminología que reproduce un lenguaje contrario a la perspectiva de género.
El cierre de la jornada estuvo en manos de María Soledad Casazza y Macarena Marra Giménez quienes volvieron a agradecer a los y las presentes, a la Universidad de Palermo por el espacio brindado, y se despidieron destacando la importancia de innovar en la comunicación en el ámbito del servicio de Justicia.
Este ha sido el primero de una serie de encuentros que sobre ésta y otras temáticas se llevarán a cabo en el ámbito del CEJUC, que tiene entre sus objetivos brindar un espacio para compartir experiencias e ideas superadoras para una mejor Justicia en todo el territorio de nuestro país.