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Diana Divasto (Diseño y Comunicación) sin ser médica ni piloto, fue docente de muchos de estos profesionales. ¿Te interesa saber por qué?

-¿Cómo es esto de haber sido docente de médicos y pilotos sin haber estudiado sus carreras?

-Es que soy profesora de inglés. Desde muy chica empecé a dar clases para ir bancando mi economía. Específicamente con clases a médicos comencé ya un poco más de grande, antes de trabajar y estudiar acá. A través de un conocido hice un curso en Miami que me capacitó para explicarles a personas con niveles básicos de inglés a traducir textos al castellano muy fácilmente.

-¿Y cómo este curso te llevó a estar en contacto con médicos?
-Porque una vez finalizado el curso, me contrataron de diversos hospitales, clínicas y hasta médicos particulares para enseñarles esta técnica. Pensá que en esa época -cerca de los '90- no estaba de moda como ahora tener inglés en el secundario y los textos y revistas de medicina se escribían en ese idioma. Los traducidos al español solían llegar hasta dos años después. Imaginate tener la noticia de una nueva cura para una enfermedad determinada o una técnica para operar que llegue uno o dos años después. ¿Una locura no? Entonces, lo que yo hacía era capacitarlos para poder traducir estos textos. El inglés es un idioma bastante ordenado y metódico, por lo que es más fácil de lo que parece.

-¿En qué consistía el método?
-Fue inventado por un extranjero y lo asombroso que tiene es que después de los cuatro meses, al finalizar el curso, tus traducciones estarán correctas. Además los médicos son excelentes alumnos, tienen la costumbre y se la pasan estudiando. Por lo que lo que inició siendo un curso introductorio terminó conmigo dando clases en el Hospital Italiano al lado de la sala de urgencias. De pronto en la clase sonaba una alarma y algunos médicos tenían que salir corriendo a atender a algún paciente y volvían al rato para continuar con la clase. La verdad fue una gran experiencia.

-¿Y cuándo ingresan los pilotos en esta historia?
-Cuando se empezó a poner de moda el inglés en los secundarios. A partir de ese momento empezaron a llegar generaciones que ya sabían inglés desde chicos, y seguir trabajando de esto se me puso un poco más complicado. Pero empecé a moverme y buscar otros rubros y fue ahí cuando me crucé con los pilotos de aviación. Fue un momento en el cual Aerolíneas Argentinas había comprado muchos aviones, por lo que necesitaba pilotos capacitados. Uno de los requisitos era el inglés. Me compré los manuales y todo el material necesario, lo estudié y comencé a enseñarles a traducirlos. De todas formas, a varios de los pilotos también tuve que darles clases porque debían rendir exámenes orales bastante técnicos y demostrar que podían mantener una conversación correcta con una torre de comando, llegado el caso.

-Por último, ¿seguís ligada a esta profesión o sabés si sigue existiendo?
-He recibido algún que otro llamado estos últimos años para dar cursos pero la realidad es que con mi trabajo actual y mi familia, no suelo tener tiempo para dictarlos. En su momento me servía porque podía acomodar mis horarios para dar las clases y cuidar de mis hijos. Hoy en día igualmente creo que no hay la misma demanda que antes por lo que comentaba de la inclusión del idioma extranjero en los colegios; pero calculo que algún que otro nicho pequeño que esté necesitándolo debe haber, más que nada en grandes empresas.