Nado sincronizado

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Conocías a alguien que haya practicado nado sincronizado? ¡Ahora sí! Guadalupe Galizia (Informes e inscripción) nos da detalles de este deporte poco convencional pero muy entretenido y complicado a la vez.

¿Cuándo comenzó tu relación con este deporte?
- Empecé con nado sincronizado a los once años en la pileta del gimnasio de Megatlon. Entrenaba una vez por semana en la pileta por recomendación de la recepcionista del lugar. Ella me veía nadando bastante seguido y como lo hacía dentro de todo bien me recomendó esta actividad que para mí era desconocida. Después, quien era mi entrenadora en ese momento también entrenaba a chicas federadas en el Cenard y me terminé yendo ahí, que era un mejor lugar para prepararse digamos.

Ahí fue cuando al tiempo te federaron, ¿no?
- Claro, ahí empecé a entrenar tres veces por semana, tres horas cada día y al tiempo me federaron. Fue cuando tenía trece años más o menos. Mis compañeras eran todas chicas de mi edad pero yo estaba un poco en desventaja porque todas habían empezado a hacer nado sincronizado a los seis o siete años, mientras que yo había comenzado un poco tarde para lo que es el deporte. Igual me encantaba, pero era bastante sacrificado porque tenía que llevar todo al colegio. La mochila con la toalla, las ojotas y después llevar una colchoneta porque la primera hora era entrenamiento físico y elongación. Se disfrutaba mucho pero al mismo tiempo era un entrenamiento que generaba bastante desgaste”.

¿Y llegaste a participar en alguna competencia?
- Sí, como estuve un par de años competimos varias veces pero lo que a mí más me gustaba eran las exhibiciones o inauguraciones, nunca fui muy de competir. Me acuerdo que una vez inauguramos la pileta del club Vélez con una exhibición muy copada. También fuimos a un par de pueblos cercanos a Buenos Aires a hacer unas muestras, cosa que me encantaba porque implicaba viajar y esas cosas.

¿Recomendarías el deporte?
- Totalmente, el deporte es hermoso. Es súper difícil porque requiere de elongación, fuerza física, saber nadar muy bien y mucho entrenamiento. Pero bueno, después de un tiempo finalmente dejé, cerca de los 17 años porque me demandaba demasiado viaje. Tenía una hora y media de viaje a la ida y otra hora y media a la vuelta. De todas formas, lo recomiendo sin dudas, es un deporte hermoso para hacer y para ver, así que si tienen la posibilidad con los Juegos Olímpicos no se lo pierdan. Es una actividad muy estética y súper femenina, más difícil de lo que parece pero estoy re contenta de haber pasado por esa experiencia.

Para cerrar, una vez que dejaste el nado sincronizado, ¿te alejaste de la pileta definitivamente?
- No, mi relación con la pileta siguió un par de años pero en este momento estoy en un parate porque con el trabajo y la facultad se me complica. Igual, cada vez que paso por algún club y siento el olor a cloro de la pileta, me trae recuerdos y me encanta. Amo el agua.