DIEGO GRAVIESE

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Daniela Elías Guillén (Fac. Diseño y Comunicación) está recibida en Diseño Gráfico y Artes Plásticas en su país, Bolivia. Durante el mes de septiembre nos contará un poco sobre su pasión, comenzando hoy con una entrevista que realizó este año a un pintor argentino muy reconocido.

Hace varios meses atrás, para mi tesis de posgrado tuve que  investigar a artistas contemporáneos de Argentina. Fue así que tuve la oportunidad de conocer a Diego Gravinese, pintor hiperrealista de la nueva generación.

Para esa ocasión, fui a su taller a realizar una entrevista al pintor y  hablar de la excepcional técnica que él maneja y también de su recorrido por el mundo artístico. Sin embargo, a medida que se desarrollaba la charla, ésta se fue volviendo más amena y entretenida, y lejos de hablar sobre los aspectos técnicos de la obra de Gravinese, hablamos de los procesos creativos que tiene como artista. Esto, sin duda, fue mucho más enriquecedor.

El hecho es  que el artista tiene un diálogo con su mundo interior en el que se nota que hay bastante camino recorrido, esto mismo lo refleja la evolución de su obra.

Al principio sus cuadros destacaban imágenes de mujeres en situaciones cotidianas y hechos comunes; a esta etapa la vería como las primeras capas de piel; en cambio ahora sus obras siguen mostrando a mujeres, pero lo que cambió son los contextos donde ellas se sitúan. En la obra actual los lugares son sacados de un mundo interior, lugares desconocidos para los demás, lugares que muestran universos distintos y diferentes estados de ánimo.

Si uno se queda observando sus últimos cuadros podrá reconocer símbolos y figuras que hablan más de lugares interiores, una fusión entre naturaleza y formas orgánicas con imágenes del universo, además se empieza a vislumbrar el uso de símbolos metafísicos.

Gravinese asegura: “Pinto porque me es dado pintar, es la manera en la que mejor me comunico con el mundo, entonces mi mente está constantemente pensando en imágenes, es como un lenguaje sin palabras que me atraviesa todo el tiempo”. Es interesante ver como en este caso la producción artística no está separada del artista, en realidad habla de una sola cosa la cual tiene diversas formas de ser en este mundo. La primera es el ser humano y la segunda el producto artístico resultado del primero.

Para esto el artista explica: “El Universo para mí, hasta hace unos años, era meramente el espacio astronómico. Si bien siempre me fascinó como tal, y hasta llegué a pintar alguna imagen de nebulosa en el 2001 o un astronauta en 2010, no lo veía más que como esa expansión increíble más allá de nuestra atmósfera. Pero en estos últimos años cobró toda otra dimensión, otro significado y eso operó en mí un cambio radical en la manera de entender el universo y la existencia en general. Ya no me siento separado del Cosmos”, resaltó.

Así continuó la tarde que realicé la entrevista, entre fotos del estudio, risas y anécdotas, Gravinese abrió las puertas de su taller y su casa para dejarme conocer su obra tras bambalinas, el lugar  donde las cosas se cocinan.

También me sirvió para reafirmar algo que siempre supe y siempre fue tema de discusión con artistas de otras disciplinas, la producción pictórica hoy en día puede ser tan contemporánea como la instalación o el performance. Todo depende del enfoque y los procesos creativos que se planteen.