Hoy Jennifer Domizi (Comunicación Institucional) aprovechó la oportunidad para contarnos de su extenso viaje por Japón y su experiencia.
- Contanos un poco cómo comenzó está relación que tenés con la cultura japonesa.
- Empecé a estudiar japonés hace un año. Me gustan mucho los idiomas y para mí el japonés representaba un desafío distinto porque es bastante complejo y tiene un abecedario distinto al nuestro. Ni bien comencé, se empezaron a dar distintas situaciones personales que me llevaron a tomar la decisión de irme de viaje a Japón. Averigüé y con visa turística, el máximo que se puede ir es tres meses, por lo que me quedé esa cantidad de tiempo allí. Tengo una anécdota muy divertida al respecto y es que de verdad, allá solamente te podés quedar noventa días, no más. Creí que quizás ellos eran más flexibles y si me quedaba un día de más no habría problema, por lo que saqué el pasaje para lo que era el día noventa y uno. Hablando con la gente me dijeron que no, que no me pase ni un día porque iba a tener problemas legales. Entonces tuve que ir a Migraciones a consultar y me dijeron que lo tenía que hacer era salir del país y volver a entrar. Por lo tanto, me tuve que ir un día a Hong Kong y volver el día siguiente.
- ¿Y conocías algo de la cultura oriental hasta ese momento? ¿Cómo llegaste a abrir un blog referido a esto?
- Conocía algo de sus tradiciones pero no tanto. Empecé en febrero el cursado del idioma, en junio tomé la decisión de irme y en agosto me fui. Pero la profesora nos entusiasmó y me decidí. Igual, la realidad es que el interés verdadero partió de mí. De hecho no me gusta el animé ni nada, no tenía ningún contacto. Hay gente que ama el animé y entra por ese lado. Yo simplemente por el lado del idioma. Asimismo, el blog lo abrí específicamente para el viaje. Si bien ya había tenido otros de diversas temáticas, para el viaje generé este nuevo para estar en contacto con la gente que tenía ganas de saber qué es lo que estaba haciendo. Ahora que volví del viaje, mi idea es seguir difundiendo la cultura japonesa porque hay mucha gente verdaderamente interesada en eso.
- ¿Qué es lo que rescataste de ese viaje?
- Que la cultura japonesa es muy distinta a la nuestra. Tiene un montón de cosas para sumarnos y nosotros un montón a ellos. Lo que más me llamó la atención es el respeto por las normas y por los mayores. La forma de ser de la sociedad. Ellos se ven como un todo y no como individualidades. Todos trabajan en pos de que la economía japonesa sea mejor. Como que no hay sentimiento de individualidad sino más bien de grupo y eso se ve trasladado a todos los aspectos de la sociedad.
- Yendo para el tema de la comunicación: con esos seis meses de clases previas, ¿te alcanzó o cómo lo resolviste?
- No me alcanzó porque ellos usan tres abecedarios. Uno tradicional, otro que se utiliza solamente para palabras extranjeras y el otro que es el chino, el más complejo. Y yo recién estaba con el primero –se ríe-. Pero igualmente recorrí todo el país. Los primeros dos meses estuve de voluntaria. Al principio en Kyoto, como voluntaria en un jardín de nenes chiquitos, era auxiliar de los profesores. Así que fue una re buena experiencia porque justo era mi primer mes y sentí que ingresaba a su cultura con la infancia, que también vendría a representar el inicio. Me sorprendió mucho la forma en la que educan a los nenes, fue súper hermoso. El segundo mes estuve en Okayama que es una ciudad de zonas montañosas. Estaba en una casa en el medio de la montaña y trabajé en una escuela que está en el medio de la nada e íbamos a tener conversaciones en inglés con la gente de ahí. Después me dediqué a recorrer libre el último mes.
- Para ir cerrando, ¿tuviste la posibilidad de hablar con alguien de allá y que te diga qué opinan de la gente de occidente?
- Sí, obvio. Lo que pasa con ellos es que es muy difícil comunicarse y al principio me frustraba mucho que son muy cerrados, están siempre con cara de póker. Acá, charlando podemos llegar a conocernos un poco pero allá esto no sucede, no transmiten nada por lo que se hace muy difícil conocer a la gente. Por suerte, me hice algunos amigos japoneses y muchas de las cosas que yo les contaba de cómo se dan las relaciones amorosas y de familia para ellos es un shock cultural porque es muy distinto. Como para nosotros sus costumbres.
Si te interesó y querés conocer un poco más de Jennifer y su experiencia en el país oriental, podés ingresar a su blog y vivirlo por vos mismo: www.jotitaenjapon.com.