Aún sin saber leerlos, Rosana Álvarez (Fac.Ciencias Sociales) ama los libros desde muy chica. Recuerda de su niñez grandes momentos compartidos con sus familiares mientras le leían cuentos y ella escuchaba feliz. Hoy, nos comparte algunos de esos momentos.
“La verdadera patria del hombre es la infancia”. Rainer Maria Rilke
“Una de mis actividades favoritas es la lectura y mi amor por los libros se remonta a la infancia, aún antes de que supiera leerlos.
Me encantaba que me contaran cuentos. Recuerdo que tenía un viejo libro blanco, de tapas duras, de los Hermanos Grimm y les pedía que me lo leyeran, a mi mamá, a mi papá y a mi abuela.
Cuenta mi mamá que a veces, cuando no conseguía mi propósito, me sentaba en un sillón, tomaba el libro, pasaba las hojas y “leía” sin saber hacerlo. Con actitud muy concentrada, cambiaba la voz para los distintos personajes y ponía suspenso al relato.
Yo creía que lo adultos tenían mucho poder justamente porque de un libro sacaban historias maravillosas que me fascinaban, me sorprendían, me transportaban a otros mundos. Por eso obviamente aprendí a leer muy rápido, con ese claro objetivo: leer mis propios cuentos.
Desde hace un tiempo estoy participando de un grupo de lecturas, a partir de un eje temático cada año, es un espacio muy placentero, lúdico, nada académico y lo que me llamó la atención es justamente que todos los que formamos parte compartimos ese amor por los libros desde muy niños. Los libros nos acompañaron toda nuestra vida, nos dieron felicidad, nos conmovieron, nos enojaron, nos sorprendieron, nos cuestionaron, y aún hoy, siguen haciéndolo.