Iván Crudo (Recursos Humanos) recuerda emotivamente gracias a una promesa, un momento futbolístico durante la Copa Libertadores 2015 que marcó su vida.
"El partido más significativo que presencié en mi vida fue el de la final de la Libertadores 2015 entre River y Tigres en el Monumental. Elijo este encuentro principalmente porque el marco del partido fue muy sorprendente para mí. En primer lugar por todo lo que tiene el folklore del fútbol y todo lo que significaba para River ganar una Libertadores en ese momento; y segundo, en el plano personal, fue poder cumplir una promesa que tuve con mi abuelo. La promesa surgió luego de los momentos oscuros que tuvo el club en los últimos años, pero logramos salir a flote y nos prometimos con él que veríamos juntos esta final. La realidad es que no tuve la suerte de poder verla a su lado pero sí pude sacarme ese peso de encima y cumplir la promesa de esta manera. Fui a la cancha con un amigo pero tuvimos que entrar separados por distintas tribunas así que terminé viendo el partido solo y abrazándome con una señora que no tengo idea quién es. La verdad es que este partido lo considero como un regalo muy lindo que me hizo River a mí. Una visión a futuro sería tatuarme a Cavenaghi y a Barovero dándole un beso a la copa, y ahí cerraría mi promesa".