María Fernanda Estrella (Fac. Diseño y Comunicación) es amante de los gatos y, de hecho, por su amor a ese animal se ganó el apodo de ‘Michu’ en la oficina. En este disparador, nos cuenta cómo surgió ese amor y algunas particularidades de sus mascotas.
-¿Qué es lo que más te gusta de los gatos?
-Me gustan mucho, de hecho tengo 2, uno en Argentina y otro en Ecuador. El de Ecuador se llama Ginko y tiene 17 años, está viejito pero muy bien cuidado pese a que ya casi no tiene los dientes de atrás. La de acá tiene 4 y se llama Nina. Lo que más me gusta es que son tranquilitos, no hinchan mucho ni hay que sacarlos a pasear porque tienen su propia cajita. Lo único malo, es que te buscan solo cuando ellos necesitan que les des cariño, sino se van por su lado. Son independientes pero son hermosos. A mí me encantan.
-¿Cómo fue que tuviste tu primer gato?
-En Ecuador, mi mamá lo encontró en la calle a la salida de una reunión y dijo ‘me lo llevo a casita’. Desde el 2005 estoy en Buenos Aires y, como que pasé mucho tiempo sola, necesitaba la compañía de una mascota. Cuando se mudó mi novio decidimos tener un gatito. A Nina la encontramos en el techo de la casa de una amiga de él.
-¿Cuál es la “gracia” de tus gatos?
-Lo que mi gata hace es que junta las manitos y como que te pide las cosas antes de alcanzarlas. Por ejemplo, se para en la puerta y, si quiere salir, alza las patitas como diciendo ‘dale, abrime’. Pensé que lo hacía de chiquita pero hasta ahora lo sigue haciendo y ya tiene cuatro años. Como que mide la distancia moviendo las patitas. Es muy calladita y creo que es vegetariana, porque le pongo atún y no come. Estoy cortando pollo o carne y no le llama la atención. En cambio, estoy cortando papa y ya la tengo al lado pidiendo. Le doy pedacitos de papa cruda y se los come. Con el choclo hace lo mismo.