Influido por su padre y seguidor de la banda desde siempre, conocé qué imagen y de qué banda emblemática se hizo un tatuaje Ariel Santamaría (Fac. Diseño y Comunicación).
"El tatuaje de Pink Floyd surgió aproximadamente cuando tenía 20 o 21 años. Desde chico escuché esa música, influido por mi viejo más que nada y después bueno, por ver la película (The wall) muchas veces dije 'cuando tenga la edad y la plata me lo hago'. Entonces a los veinte más o menos me tatué los martillitos del álbum de The Wall. Así que básicamente es eso, fanatismo. Los fui a ver a ellos cuando vinieron y me gusta, siempre me gustó. Igual no pienso hacerme nada más, ya estamos grandes".