A más de uno le habrá pasado alguna vez padecer la mala caligrafía de su médico a la hora de leer las recetas. Pero ¿sabés por qué es tan difícil comprender lo escrito por el/la doctor(a)? Todo tiene un origen y he aquí el mismo.
"A partir de la instrucción del Protomedicato, todas las recetas debían estar escritas en latín.
Con el paso del tiempo -más el crecimiento de la población y, por lo tanto, de enfermos-, los pacientes comenzaron a quejarse porque no entendían lo escrito en las recetas.
En 1822, Rivadavia ordenó abandonar el latín y escribir las prescripciones en castellano. A los médicos no les gustó la idea y decidieron cumplir la orden, pero escribían con una letra cursiva difícil de leer. Ésa fue su venganza a la intromisión de los pacientes en su relación epistolar con los boticarios.
Hoy, en el siglo XXI, podemos intentar leer una receta y comprobar que la venganza continúa".
Puede que sea un mito o no, pero no cabe dudas que al menos es interesante saberlo.
Fuente: Balmaceda, Daniel (2017): "Oro y Espadas"