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Existe un personaje popular cuya historia se encuentra muy relacionada con la guerra y con Troya. Pero en este caso, Homero no tiene nada que ver. Y los griegos, tampoco. Lee  la nota y enterate de quién hablamos.

Entre los numerosos hijos de Edward y Lucy Wilson, vecinos de Massachusetts, figuraban Edward, Ebenezer, Samuel y Thomas. La familia se trasladó a la ciudad de Troy (Troya en inglés), en el estado de Nueva York, y allí algunos de los hermanos instalaron un matadero.

A fines de 1812, durante la guerra de independencia de los Estados Unidos, un contratista del gobierno publicó un aviso en el periódico local, solicitando trescientos barriles de carne vacuna y otros doscientos de carne de cerdo, para ser entregados en los primeros meses de 1813. Los hermanos Wilson fueron los principales proveedores de esa partida. Dos de ellos, Sam y Edward, eran conocidos en todo el pueblo con un cariñoso mote: eran los tíos Sam y Ned.

A partir de enero de 1813 comenzaron a circular por Troy y sus alrededores barriles de roble blanco con la inscripción U.S (que, por supuesto significaba United States, es decir Estados Unidos). De inmediato se esparció la broma de que los barriles llevaban tales iniciales debido a que el Tío Sam (Uncle Sam) era popular en todo el país. La broma pronto se convirtió en algo serio. Porque no era una mala idea tener un personaje que simbolizara a la nación, sobre todo teniendo en cuenta que se enfrentaban a Inglaterra, que cien años atrás, en 1712, se había creado su propio símbolo: el obeso John Bull.

En 1814 la denominación Uncle Sam era usada con frecuencia a lo largo del territorio norteamericano. Para 1830 comenzó a ser dibujado, más flaco que su par inglés y con más pelo. Cuando se desató la Primera Guerra Mundial (y el personaje ya contaba cien años de vida) apareció en un afiche su imagen más conocida: el Tío sam, señalando a los lectores del cartel diciendo: “I want YOU for the U.S Army” (“Te quiero a vos para el ejército de los Estados Unidos”, o mejor, “Te quiero a vos para el ejército del Tío Sam”). Samuel Wilson, el famoso Tío Sam original, murió a los ochenta y siete años, el 31 de julio de 1854.

Se ha erigido un monumento en la ciudad natal para preservar la memoria de este hombre cuya contribución a la historia de su país fue embalar carne para las tropas y de ofrecerlas a buen precio. Hasta la fecha, su hermano Edward, a quien llamaban Tío Ned (Uncle Ned), jamás fue propuesto para simbolizar a las Naciones Unidas.

Fuente: Daniel Balmaceda. Historia de las palabras. Buenos Aires. Sudamericana, 2011.