El concepto general. “El concepto detrás de mi propuesta para 12 tonos del aislamiento nace a partir de la idea de crear prendas que busquen redefinir el concepto de lujo a través de la fusión entre una filosofía visual minimalista con el rubro streetwear, bajo el concepto y la estética de la cultura del hip-hop, considerándola como un movimiento artístico, político y social.
Mi gusto en el marco de lo contemporáneo remite a la cultura del streetwear, la cual se define como una anomalía en donde un rubro logra convertirse en tendencia a partir de algo ordinario como lo es la indumentaria callejera, mediante la creación de prendas inspiradas en una fusión entre la moda del hip-hop, el equipo de skate y la ropa de trabajo.Como consecuencia, el nuevo rubro que redefine el lujo es aquel que no excluye a nadie, buscando convertirse en algo inclusivo y proponiendo un nuevo colectivo de pensamiento.
A partir de la traducción de mis influencias culturales, mi inmersión hacia el streetwear se traduce como mi interés hacia un movimiento que consiste en luchar contra el poder impuesto y traducirlo en la materialización de un producto para posicionar a la indumentaria como un símbolo de identidad. Es decir, mi causa estética me permite, como diseñadora, involucrarme dentro del ámbito de la construcción de la cultura y de los objetos que están en el marco de una decisión social y contemporánea.”
Objetos y estrategias utilizadas. “A raíz de la problemática que significa para un diseñador tomar algo y empezar a crear, el proyecto adopta un modo de pensamiento aristotélico y divide su análisis en causas. En primer lugar, se propone una causa estructural, en donde el plano se convierte en volúmen a partir del desarrollo de distintas configuraciones con distintos ensamblados.
De esta manera, pude concebir la herramienta básica de estructura, llamada moldería, y un posterior desarrollo personal hacia estructuras más complejas, obteniendo como resultado una silueta oversize (como representación de la contracultura y el despojo corporal) y circular (como representación del espacio que ocupa el sujeto portador de sentido). Los raperos en los setenta comenzaron a comprar ropa en talles más grandes para evitar la tendencia dominante actual, a partir de ello la silueta propuesta pretende ser cómoda, holgada, disruptiva, libre de movimiento y protectora al mismo tiempo.”
La causa material. “En segundo lugar, adopté una causa material que toma al harlem chic como causa estética, ya que los materiales se ven lujosos y se sienten comfy. Atrás del material se encuentra la traducción de mi morfología, por ende, los textiles son gruesos y densos para poder generar el volúmen deseado, debido a que más allá de una tipología estoy construyendo un volúmen que necesita ser estudiado como tal. Luego se encuentra la causa sintáctica, compuesta por la colorimetría base (la cual responde a una monocromía en escala de valores con acento del 5% de color) y la composición (simétrica y con recortes que remiten a los skateparks), en donde la posición, dimensión y dirección de todos los elementos que componen la imágen poseen un alto grado de significación y profundidad. La causa funcional, por otra parte, remite a la utilidad de las prendas. De esta manera, la calle se convierte en un escenario cotidiano para mi sujeto, y así, los ajustes, recortes, detalles constructivos y largos modulares son diseñados y estudiados para cumplir con esta condición.”
La interacción con el grupo. “2020, un año atípico y difícil. Las relaciones, interacciones e intercambios de ideas se manifestaron a través de una pantalla llena de miedos e incertidumbres, sin embargo, como grupo pudimos superar estas barreras y aprovecharlas para convertir dichas desventajas en oportunidades y herramientas para diseñar y crear.”
Azucena Arbeletxe