Para Felipe Doljanica el diseño de su banco matero era una cuestión de espacios. "La consigna del trabajo nos desafiaba a hacer un banquito matero para balcón. Quería trabajar con la idea de que el usuario pudiera guardarlo reduciendo el volumen que ocupa el producto.”

“Fui probando varias opciones de cómo lograrlo, pero eso requiere de muchos pasos para armar y desarmar o de tener piezas sueltas y creí que seguir por ese camino no era lo ideal. Tenía visto que en algunos otros productos usaban sogas para permitir esto de armar y desarmar sin que las piezas se desvinculen por completo y busqué la forma de incorporar ese recurso a mi proyecto."

En cuanto a los materiales, la madera mantiene un vínculo con el mate y las reminiscencias a los banquitos materos más tradicionales. "Además, es un material sencillo de trabajar que me permitía llegar a las morfologías que se había planificado”, agrega Felipe. “Los encastres para las patas hacerlos en metal era lógico por la resistencia a los diferentes esfuerzos que me iba a brindar y lograr producirlos no era muy difícil ni muy costoso."

El diseño industrial tiene muchísimo lugar para adaptarse a las tecnologías que van surgiendo, dice Felipe. “Hay mucho camino por recorrer para buscar qué tecnologías son las mejores y más apropiadas. El diseño industrial junto a otras disciplinas como el marketing guían las tendencias de consumo a grandes escalas y creo que es nuestra responsabilidad elegir los recursos más conscientes. Aunque ya haya mucha gente que haga foco en estas problemáticas definitivamente se puede seguir avanzando.”

Felipe Doljanica

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