“Decidí trabajar en un casco de protección especialmente diseñado para el trabajo en minas”, dice Katie Schulzen acerca de su proceso de diseño de un casco. “Me informé acerca de todos los requisitos que eran necesarios o útiles para la actividad de la minería, y fui desarrollando un casco que sea lo más ergonómico posible y adaptable al usuario.”

En su vínculo con la materia Ergonomía, Katie Schulzen intentó que el nexo con el usuario sea lo más confortable posible. “Había situaciones que eran recurrentes y necesitaban ser solucionadas. Como por ejemplo, el calor que suelen sufrir los mineros en la cabeza no se podía solucionar con una simple ventilación como la de los cascos de bicicletas, porque al ser común la caída de líquidos peligrosos desde arriba era necesario proyectar alguna solución que no permita que estos penetren.”

“Por otro lado la perilla utilizada para ajustar o desajustar el arnés del casco suele ser muy pequeña y se torna complicado manipularla con guantes, es por esto traté de hacerla más grande, que proporcione facilidad al usarlo pero que al mismo tiempo promueva un agarre de precisión. En cuanto a las limitaciones, trate de que este tenga la menor cantidad posible, trabajando con un casco con varios puntos de regulación para que logre adaptarse a distintos percentiles sin problema.”

Para Katie, las nuevas tecnologías que van surgiendo son muy nutritivas para el diseño, y en especial para su proyecto. “También creo que pueden ampliar las comodidades que los productos otorgan a los usuarios. En mi caso, en el casco aproveché la tecnología para que el casco, agregando un sistema inteligente que analiza datos, zonas inseguras, peligros de derrumbe y automatiza la linterna y la máscara de gas.” De esta manera Katie logra la menor manipulación posible del casco frente a situaciones de riesgo.

Katie Schulzen

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