Si para todos aquellos seguidores de las vanguardias, aún resuena la magnífica obra de Kasimir Malevich en Fundación Proa, el prototipo de vestido de Paloma Cepeda y Martina Giuliani no hace mas que evocarlo, en especial a través de la obra "La Victoria sobre el Sol" realizada en 1913 por Maiakovski, Kruchenij y Malevich, con el diseño de los veinte trajes majestuososo que Malevich confecciona para la obra de teatro. En un ejercicio que evoca el futuro innovador que se imaginaba en el pasado, para la diseñadora Paloma Cepeda "la moda es un arte que se relaciona con absolutamente todo. Las nuevas tecnologías abren un abanico nuevo de posibilidades, pero siempre dependen del hombre y sus ideas. Creo que si son usadas con aportes innovadores será siempre bien recibida."
La consigna de trabajo -realizada durante una experiencia realizada con la firma Ledesma- proponía trabajar la vestimenta utilizando el papel en modo textil. Según la docente Cecilia Gadea "este tipo de experiencias nos propone explorar nuevos soportes, métodos y técnicas que son muy enriquecedores. Nos aportan una nueva visión del cuerpo y muchas veces son el disparador de futuras ideas para colecciones posteriores." En el caso de Martina y Paloma sirvió para aplicar técnicas de plisados y tableados propios, así como arrugados que podrían aplicarse luego al textil, una de las temáticas de la materia. "En su propuesta mostraron una construcción minuciosa de los detalles, tratando el papel como si fuera un textil", concluye la docente.
El cuello alto, el juego de luces y sombras y apenas algunos accesorios del proyecto ganador activan esa memoria constructivista, donde el blanco total ofrece su más absoluta distinción y encanto al servicio de la pieza. Sin embargo, el azar también formó parte del proceso. Según Cepeda, junto a su coequiper "arrugamos el papel y nos dimos cuenta de que las opciones eran infinitas. Generamos una textura arrugada que nos pareció interesante y distinta a lo que estaban haciendo todos" Intuición y azar como un punto de inflexión en la obra de papel. Y esbozos de un reflejo generacional que le permite a la diseñadora confesar que "la realidad es que en este caso particular no teníamos un concepto previo creado. El trabajo fue hecho en dos horas y nos encontramos con el papel esa misma mañana. Fue algo más intuitivo." Se dejaron llevar por las ideas y los pliegos residuales de la historia, con la post-producción como estrategia y la manipulación del material como eje.