Costos laborales, un punto relevante en la reforma tributaria
Juan Manuel Lavignolle, coordinador de la carrera de Contador Público, explicó cuáles son las consecuencias económicas de la reforma tributaria.
Por Juan Manuel Lavignolle
En un comienzo de año con nuevos jugadores en el Ministerio de Hacienda, se habla sobre una reforma tributaria que tiene como punto de partida un proceso de sinceramiento exitoso medido en términos de las expectativas iniciales que generaba y un cierre de año con el impuesto a las ganancias como protagonista en las discusiones legislativas.
En estos días, con esta premisa inicial, el nuevo ministro ha manifestado la misión de recaudar equitativamente y eliminar los impuestos distorsivos que frenan el crecimiento de la economía. Ya quedaron atrás la salida del cepo, la devaluación inicial, la salida del default y las tarifas que impactaron negativamente en el consumidor.
Buscando el famoso segundo semestre que aún no se visualiza en el horizonte, parecería que las señales del nuevo equipo apuntan a mejorar el sistema tributario donde el IVA, impuesto que, tal como lo hemos enunciado en un escrito realizado hace dos meses, castiga al consumidor sin distinción de ingreso, clase ni capacidad de compra y que es necesario atacar. Pero también desde el lado de los negocios y el efecto en la economía se ha mencionado el costo laboral que deben afrontar los empleadores y que, sin que sea un justificativo válido, impactan en la generación de empleo formal, si bien la contingencia laboral es otra gran causa de esta situación, el primer análisis del empresario siempre es el costo.
Repasando el concepto en una forma básica, el empleador tiene cada 100 pesos de sueldo bruto 23 pesos de contribuciones patronales, si contar ART (otra tema a atacar si se quiere jugar contra la informalidad laboral), que puede llegar al 15% de la masa salarial en algunas actividades consideradas de riesgo (sí, 15%, ¡así como lo leyó!, un disparate, aunque volviendo al tema de la contingencia que mencionábamos antes, el fuero laboral no colabora en bajar este costo), el seguro de vida obligatorio (no es un costo relevante) y, dependiendo de la actividad, las contribuciones a los sindicatos que se han convertido en muchos casos en rubros de negociación al momento de cerrar las paritarias.
Según lo manifestado por el ministro de Hacienda, está a la vista la necesidad de rever cuestiones relacionadas con el costo laboral, si bien para grandes empresas que por volumen, capacidad de negociación de paritarias y manejo de precios tienen asimilado este esquema y sólo se trata de mayor o menor margen de ganancias, cuando bajamos a pymes, micropymes o comercios, estas cuestiones son decisiones de continuidad o viabilidad del negocio. Como ejemplo podemos mencionar un comercio con un empleado, que debe afrontar un costo laboral de aproximadamente 13 mil pesos de sueldo bruto, más los conceptos antes mencionados, estamos hablando de alrededor de 17 mil pesos (más aguinaldo y vacaciones). Suponiendo que su margen es del 50%, tiene que vender 34 mil pesos solamente para pagar el empleado, sin contar impuestos (ganancias, IVA, ingresos brutos, 3%-4% de las ventas) y tasas municipales (otro tanto de las ventas), y gastos de alquiler y servicios que no dan tregua.
Como lo fue en el caso de ganancias, comenzar a discutir y lograr avances en estas cuestiones puede generar mejoras sustanciales en el escenario y llevarnos a situaciones de negocios más beneficiosas para la economía en sí, empresarios, empleados y fisco.