Pablo Starkloff, Ingeniero Industrial UP: "No fui sólo un alumno, fui y soy parte de una comunidad"
Pablo Starkloff
Ingeniería Industrial
Ingeniería Industrial
Parece que fue ayer cuando tímidamente me tome el 140 y llegué a la oficina de informes de la UP con el objetivo de obtener algo de información sobre las carreras y de ver cómo era y como trabajaba esta institución educativa.
Fue un momento de mi vida que siempre llamo “punto de inflexión” ya que me encontraba en la disyuntiva de estudiar o no hacerlo debido a ciertos golpes que te da la vida. Literalmente había un 50% de decisión de avanzar y un 50% de no hacerlo, por momentos hasta esperaba encontrarme con “cosas” que no me gustaran, así la decisión iba a ser más fácil pero no, todo, literalmente todo me cerró así que no tenía excusas, la decisión estaba encaminada pero en la dirección contraria.
Al principio y como naturalmente sucede era “sapo de otro pozo” pero en muy poco tiempo comencé a sentirme no solo un alumno, sino que además parte de la comunidad educativa participando activamente en ella y siendo escuchado en más de una oportunidad tanto por el cuerpo docente como por los no docentes. Siempre pienso que la persona que trabaja y estudia (como fue mi caso) no solamente tiene actividades y obligaciones que cumplir, sino que además esto es literalmente “una forma de vida” ya que tanto tu entorno personal, tus horarios, tus cosas, tus objetivos, tu mente y tu vida están direccionados hacia un objetivo central que es recibirte (al menos durante los años que dura la carrera).
Viendo un poco desde lejos ahora me pregunto, que raro no? Llevar una vida de semejante sacrificio durante tantos años y en un momento tan confuso como es el final de la adolescencia y el inicio de la madurez. Muchas veces llego a la conclusión que una persona no debería pasar por ello, ni sufrir tanto, pero sin embargo es necesario. Creo que atravesar por una carrera universitaria no solo te capacita para afrontar la vida profesional y tener herramientas para defenderse, sino que además te enseña a superarte a vos mismo, te enseña lo que muchos solo conocen como palabra y es la “tenacidad”, a no bajar nunca los brazos, a ver un poco más allá del mundo que nos rodea y por sobre todo te da Libertad, porque libertad? Porque una persona capacitada tiene mayores posibilidades de elección profesional y/o laboral, lo que consecuentemente te da más posibilidades de elección en la vida y mientras uno más pueda elegir, más libre es.
Hoy empiezo a cosechar lo que sembré durante tantos años, tengo la dicha de trabajar en un puesto importante en una empresa multinacional lo que me permitió poder tener mi casa, luego casarme con el amor de mi vida y como broche de oro tengo dos hijas hermosas, creo que todo está encadenado o al menos en mi caso eso parece.
Nuevamente y para no perder la costumbre vuelvo atrás y pienso, qué hubiese de mi de no haber seguido este camino? ¿Dónde estaría? ¿Cómo estaría? Y por sobre todo me pregunto; ¿cómo me sentiría conmigo mismo? – imagino que frustrado y algo enojado, no lo se … Escribiendo estas breves palabras no puedo dejar de recordar con melancolía tantos momentos vividos. Esos tan esperados recreos para ir a tomar un café al bar para poder llegar con algo de energía al final de la clase, los viernes volviendo a mi casa a cualquier hora con la mochi al hombro en el bondi pensando y mirando a los que estaban bien vestidos camino al boliche, los domingos que me levantaba a la madrugada, salía de casa antes que amanezca y me juntaba con otro “loquitos” como yo en la estación de servicio para estudiar o para avanzar con un trabajo práctico, las veces que me quedé en la oficina solo luego del horario laboral tratando de aprender a hacer las benditas integrales, y al final de todo me pregunto; valió la pena? Sí, definitivamente!!!
Si pensás que estudiar cuesta, probá la ignorancia.
Fue un momento de mi vida que siempre llamo “punto de inflexión” ya que me encontraba en la disyuntiva de estudiar o no hacerlo debido a ciertos golpes que te da la vida. Literalmente había un 50% de decisión de avanzar y un 50% de no hacerlo, por momentos hasta esperaba encontrarme con “cosas” que no me gustaran, así la decisión iba a ser más fácil pero no, todo, literalmente todo me cerró así que no tenía excusas, la decisión estaba encaminada pero en la dirección contraria.
Al principio y como naturalmente sucede era “sapo de otro pozo” pero en muy poco tiempo comencé a sentirme no solo un alumno, sino que además parte de la comunidad educativa participando activamente en ella y siendo escuchado en más de una oportunidad tanto por el cuerpo docente como por los no docentes. Siempre pienso que la persona que trabaja y estudia (como fue mi caso) no solamente tiene actividades y obligaciones que cumplir, sino que además esto es literalmente “una forma de vida” ya que tanto tu entorno personal, tus horarios, tus cosas, tus objetivos, tu mente y tu vida están direccionados hacia un objetivo central que es recibirte (al menos durante los años que dura la carrera).
Viendo un poco desde lejos ahora me pregunto, que raro no? Llevar una vida de semejante sacrificio durante tantos años y en un momento tan confuso como es el final de la adolescencia y el inicio de la madurez. Muchas veces llego a la conclusión que una persona no debería pasar por ello, ni sufrir tanto, pero sin embargo es necesario. Creo que atravesar por una carrera universitaria no solo te capacita para afrontar la vida profesional y tener herramientas para defenderse, sino que además te enseña a superarte a vos mismo, te enseña lo que muchos solo conocen como palabra y es la “tenacidad”, a no bajar nunca los brazos, a ver un poco más allá del mundo que nos rodea y por sobre todo te da Libertad, porque libertad? Porque una persona capacitada tiene mayores posibilidades de elección profesional y/o laboral, lo que consecuentemente te da más posibilidades de elección en la vida y mientras uno más pueda elegir, más libre es.
Hoy empiezo a cosechar lo que sembré durante tantos años, tengo la dicha de trabajar en un puesto importante en una empresa multinacional lo que me permitió poder tener mi casa, luego casarme con el amor de mi vida y como broche de oro tengo dos hijas hermosas, creo que todo está encadenado o al menos en mi caso eso parece.
Nuevamente y para no perder la costumbre vuelvo atrás y pienso, qué hubiese de mi de no haber seguido este camino? ¿Dónde estaría? ¿Cómo estaría? Y por sobre todo me pregunto; ¿cómo me sentiría conmigo mismo? – imagino que frustrado y algo enojado, no lo se … Escribiendo estas breves palabras no puedo dejar de recordar con melancolía tantos momentos vividos. Esos tan esperados recreos para ir a tomar un café al bar para poder llegar con algo de energía al final de la clase, los viernes volviendo a mi casa a cualquier hora con la mochi al hombro en el bondi pensando y mirando a los que estaban bien vestidos camino al boliche, los domingos que me levantaba a la madrugada, salía de casa antes que amanezca y me juntaba con otro “loquitos” como yo en la estación de servicio para estudiar o para avanzar con un trabajo práctico, las veces que me quedé en la oficina solo luego del horario laboral tratando de aprender a hacer las benditas integrales, y al final de todo me pregunto; valió la pena? Sí, definitivamente!!!
Si pensás que estudiar cuesta, probá la ignorancia.
Gastón Zelerteins