25/03/2021

Empezaron creando un mate de silicona y hoy venden yerba premium al mundo entero

Los diseñadores industriales UP Mercedes Buey Fernández y Nicolás Tiferes lograron expandir su emprendimiento exportando yerba premium a distintos países.

Buey Fernandez (32) y Nicolás Tiferes (36) se habían conocido en la facultad y querían un estudio propio. Primero tenían que mostrar que podían diseñar, comerciar y producir un producto. Así nació aquel icónico mate, con el nombre de “Mathienzo”, que luego se transformaría en una marca de yerba premium de exportación. Hoy venden en toda la Argentina y distintos países del mundo.

El mate de plástico se vendió sin parar, pero el crecimiento real de Mathienzo se dio cuando viraron el eje del negocio de un estudio de diseño a una pequeña empresa productora de yerba mate. “Había un público ávido de identificación. Los jóvenes empezaban a tomar mate, pero no se sentían identificados con las yerbas más tradicionales. Ahí dimos un giro de 180 grados y lo que fue nombre de un producto se convirtió en marca. Hicimos muchos cambios internos y llegó la yerba”, relata Mechi.

¿Cómo lo hicieron?

Primero buscaron un negocio aplicable en el país, que fuera genuino. La tradición del mate, trasversal a toda la sociedad, les ofrecía la oportunidad de hacer una diferencia si lo trabajaban bien. Así surgió el mate de silicona, que les permitió entrar en un rubro tradicional con un producto innovador y aggiornado. “Arrancamos con la yerba, porque mate y yerba van de la mano. Al principio, pensábamos que la diferencia de precios entre una yerba y otra la hacía el marketing o la comunicación, y no es así”, recuerda Nico. “No veníamos de familias de producción de yerba mate. Cuando arrancamos, buscamos en Google cuáles eran los productores. Contactamos a varios, hasta que conseguimos uno que nos escuchó”. Se asesoraron y probaron diversas yerbas y combinaciones hasta dar con el producto justo.

Mathienzo es una yerba misionera, de selección especial, cosecha manual y estacionamiento natural de 24 meses. Además, la marca cuenta con diseño de productos y experiencias en torno a la tradición y ritual matero. “Supimos ganar un nicho y nos acomodamos muy bien en ese hueco que dejaban las marcas grandes y tradicionales. Hicimos la primera incursión en el abierto de Polo y eso terminó por comprobar esa visión y teoría de que el público joven gusta de lo tradicional, pero necesita que esté adaptado a su edad también”, explica Mechi.

Una yerba de exportación

Desde el inicio del negocio, la yerba fue pensada para exportación. Por eso, el paquete está en español e inglés. Para acompañar su lanzamiento, realizaron “Experiencias Mathienzo”, catas de mate para turistas. Esto les abrió algunas puertas para conocer a importadores de distintas partes del mundo. “A unos alemanes les voló la cabeza y hoy son nuestros representantes en Alemania, Austria y Suiza. Si no hubiese sido por las experiencias, no hubiese pasado nunca”, cuenta Nico. Además, llamaron a todos los clientes exportadores que tenían de cuando realizaban productos. Así consiguieron importadores, que a su vez los distribuyen en otros países, en Australia, Chile, Rusia, Alemania y Estados Unidos.

Los consejos de Mechi y Nico

• Conseguir plata cuesta más plata. Si te sale más caro, salir a buscarla que obtenerla, repensá por dónde tiene que ir tu visión del negocio.