Embajadores opinan sobre las perspectivas del Diseño Latino para la próxima década.
Aranguiz Sanchez ve como alentador la unión del entusiasmo de académicos y profesionales en pos de mejorar la calidad y la experiencia del Diseño Latino. Destaca, asimismo, la importancia de consolidar la disciplina en Latinoamérica, más allá de lo visual ampliando el campo de intervención profesional.
Bautista Saucedo expresa la necesidad de integrar y ligar las distintas ramas del diseño en Latinoamérica para elevar la jerarquía de la profesión, apoyando la sustentabilidad económica.
Bermúdez resalta el camino recorrido en los últimos 4 años en la conformación de la idea del Diseño Latino. Destaca como necesario coordinar acciones con los profesionales y académicos de la región, y desarrollar actividades partiendo de los intereses comunes latinoamericanos.
Bold piensa que es necesario amar el diseño para enfrentar los desafíos y retos que llevan a la innovación. Sostiene además que es necesario eliminar aquello que estamos acostumbrados a hacer como una receta para poder mirar al futuro.
Jesús Covarrubias resalta la posibilidad de integración latinoamericana a través de las actividades de cooperación entre universidades y a partir de encuentro, reuniones y congresos, que puedan repercutir no solo en la consolidación de la profesión, sino también en otras esferas de la sociedad.
Cruz expresa que el Diseño ha ganado proyección en la última década gracias a la ampliación de las redes entre profesionales y académicos. Destaca que queda camino por recorrer en lo que refiere a la generación de objetivos comunes, proyectos colectivos, divulgación de la investigación y visualización de la producción.
Esquivel reflexiona sobre el rol del Comité del Diseño Latino en relación al futuro y los nuevos horizontes disciplinares e institucionales, en pos de lograr un trabajo colaborativo entre estudiantes, académicos y profesionales del área.
Faerm sostiene que el Diseño Latino debería crear un Consejo, similar al constituido en Estados Unidos para trabajar sobre la generación de su propia identidad regional como diseñadores.
De Freitas Ramos señala la contribución realizada por el Encuentro Latinoamericano de Diseño y el Congreso Latinoamericano de Enseñanza del Diseño, a lo largo de una década, a la consolidación de la disciplina y a la conexión entre las Universidades de Latinoamérica. Señala además que tiene mucha fe de que, a través de la labor de los Embajadores, se promoverá y reposicionará el diseño latinoamericano en el mundo.
Gaona señala la importancia de llevar adelante, a nivel regional, políticas que definan a la profesión de diseñador como tal, para conseguir reconocimiento tanto social como a nivel empresarial.
García Ascolani manifiesta la importancia de esta década para el diseño latino y agrega que en los próximos 10 años se deberá trabajar en la consolidación de todos los proyectos tomando lo regional como base para generar una tendencia de diseño global.
Martínez Gueyraud expresa la importancia del Congreso Latinoamericano de Enseñanza del Diseño, que permite trabajar en equipo y posibilita el intercambio académico a nivel regional. La participación, resalta, es parte de las responsabilidades de los embajadores en pos de la revalorización y el reposicionamiento del diseño latinoamericano a nivel global.
Hipogrosso señala que en los últimos años el Diseño Latino ha aumentado su visibilidad, y su presencia en ferias y bienales internacionales. Asimismo resalta la necesidad de realizar acciones conjuntas en Latinoamérica para consolidar esta tendencia.
Iturralde expresa la necesidad de rescatar los valores, las características y los recursos que identifican a cada región y señalarlos como el norte al que debe apuntar el Diseño Latino.
Kapaz analiza el reposicionamiento del diseño dentro del plano latinoamericano, su avance en el desarrollo estratégico dentro del contexto regional y global en la última década.
Menso sostiene que el Comité del Diseño Latino es un espacio propicio para reflexionar sobre el porvenir de la disciplina. Entiende que el diseño debe legitimarse y hacerse más visible desde Latinoamérica hacia el mundo, a través de las líneas de investigación y las redes y los intercambios entre las instituciones de la región.
Lecca aborda los desafíos de la disciplina en la próxima década y sostiene que para garantizar una evolución del Diseño Latino se debe trabajar en la asociación, la conectividad y la integración continental.
Machicao sostiene que el diseño regional ya es un referente reconocido mundial, tendencia que debe reforzarse en la próxima década. Destaca los encuentros como un espacio propicio para potenciar las relaciones entre los países de la región.
Mendívez Espinosa observa la necesidad de determinar un lineamiento de los siguientes 10 años a nivel estratégico en América latina y el crecimiento del diseño en los países de la región.
Morelos Villegas señala la importancia de los espacios de encuentro e intercambio entre profesionales y académicos, que permiten la interacción y la reflexión sobre la disciplina y el aporte al futuro de la región.
Navarrete plantea la importancia de que fortalecer la identidad Latinoamericana en el Diseño, a través del intercambio de ideas entre profesionales y académicos de la disciplina para poder crecer regionalmente y obtener un espacio de relevancia a nivel mundial.
Pereira de Andrade sostiene que las actividades anuales que reúnen a profesionales y académicos del diseño, los nuevos proyectos y asociaciones que crecen constantemente, contribuyen positivamente a consolidar la disciplina en la región.
Queiroz concluye que hay una relación sumamente estrecha entre la academia y la industria. Es por eso que el diseño debe desarrollarse y ganar importancia jerarquizándose en toda Latinoamérica.
Redig cree que para poder realizar un proyecto en común, Latinoamérica debe mirarse a si misma. Sólo a través de la identificación de nuestras semejanzas y nuestras diferencias los profesionales y académicas del diseño podrán satisfacer mejor las necesidades de la región.
Radulescu de Barrio de Mendoza sostiene la necesidad de consolidar las bases de una disciplina del diseño latino integrando actividades, investigación y patrimonio cultural de cada uno de los países de la región.
Saavedra destaca el avance generado en la disciplina que ha permitido la creación del Comité del Diseño Latino. Asegura que, en los próximos años, la unión permitirá detectar las propias necesidades y los problemas comunes para conformar una agenda de gran impacto social.
Walls específica la importancia tanto de las tecnologías como de la innovación para solucionar y satisfacer las necesidades puntuales que tiene la región. Destaca, el rol de los académicos dentro de las instituciones latinoamericanas, como fundamental para llevar adelante este proceso de innovación.
Vega Camacho señala la necesidad aumentar la permeabilidad de la disciplina del diseño con el entorno y con otros campos profesionales.
Vivanco refleja la necesidad de seguir evolucionando como diseñadores, interiorizando la mirada sobre nuestro continente para poder establecer qué puede aportar el diseño a la realidad continental.
Waldeck analiza la situación actual de la disciplina y su necesidad de dirigir la atención hacia la solución de problemas contemporáneos. Así mismo, destaca la importancia de generar un pensamiento crítico en los estudiantes para que éste, inevitablemente, influya sobre la labor del diseño.
Wojciechowski señala la necesidad urgente de integración, en pos de definir y solucionar los problemas comunes de la región. A su vez, destaca la necesidad de profesionalizar y jerarquizar el diseño en Latinoamérica.